Dos horas con Manuel Pellegrini dan para mucho. Sobre todo si uno quiere conocer el corazón y la mente del actual Villarreal, y le gusta el fútbol. Llegó a la cita con las Tertulias de Mediterráneo ataviado de la armadura con la que se ha protegido durante sus cuatro años en el Villarreal, y salió vestido de Manuel Pellegrini, un traje con el que mejora sustancialmente. No ha perdido ni un ápice de su personalidad. Conserva su rectitud y la fidelidad a unos principios que le han dado la razón, no solo por los resultados futbolísticos sino por, lo más importante, la defensa de un modelo de funcionamiento en el que impera el colectivo respecto a la individualidad, la persona por encima de la estrella, y el respeto como garante del principio de autoridad.

Se desprendió poco a poco durante la charla del caparazón que escondía, precisamente, por lo que el mismo más ha luchado: el factor humano. Pellegrini, que cumple mañana 200 partidos oficiales como entrenador amarillo, ya ocupa un capítulo propio en la historia del Villarreal. De la dicotomía de la vida, tampoco se evade el fútbol, cuya filosofía gira alrededor de dos estilos: menottista o bilardista. Pero una tercera vía pide paso: la pellegrinista. Una versión que embellece la primera, porque mantiene la plasticidad del buen fútbol, y que fortalece la segunda con la consistencia del resultadismo de Bilardo.

Uno de los tres fundamentos del imperativo categórico de Immanuel Kant, también la tercera vía entonces al racionalismo de Descartes y al empirismo de Hume, reza lo siguiente: Obra de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como la de cualquier otro, siempre con un fin y nunca meramente como un medio. Pellegrini sigue fielmente la ética kantiana. De momento, le va bien. Y al Villarreal, mucho mejor.

Y siguiendo con las terceras vías, el Villarreal ha presentado su candidatura a truncar el bipartidismo enfervorizado del fútbol español. Pellegrini es cabeza de lista. "No sé si para tanto. Son dos clubs de un potencial económico, mediático y poblacional enorme y a lo mejor no tenemos condiciones para discutir esa bipolaridad, pero sí hemos procurado acortar la distancias en la cancha. En determinado momento con un buen nivel de los jugadores se puede intentar, pero meterse en la tarea es complicado, porque nos llevan mucha ventaja", diserta con racionalidad.

El planeta fútbol elogia los méritos del proyecto del Yellow Submarine, pero al club le falta el lustre que otorga un título. El fútbol se lo debe. Pellegrini asiente: "Sería coronar un trabajo y estamos todos con muchas ganas de lograrlo. Hemos estado cerca en la Champions, donde fuimos muy superiores al Arsenal. Creo que en la UEFA también caímos injustamente. Han sido los momentos más altos para ganar una copa. La Liga siempre es complicada, pues en 38 fechas las diferencias se hacen muy grandes, no solo con esos dos equipos si no con varios más. Sería la coronación de un trabajo serio, metódico, que tiene el presidente para un desarrollo estable y permanente".

Los milagros no existen, solo "el profesionalismo con trabajo y un proyecto desarrollado no solamente para armar un equipo de fútbol", que fundamenta la receta para competir con 60 millones contra elefantes que superan los 240. "Si además haces las cosas bien, un presupuesto grande y 100.000 socios lógicamente las cosas se facilitan", apunta Pellegrini.

ASEGURAR LA CHAMPIONS Pero como el fútbol no es economía y sí ilusión, la afición sueña con algo más que la tercera plaza, que ya es mucho, y empujará con 3.000 gargantas en el Ciutat de Valencia para ganar al Levante. "Nunca me planteo objetivos, creo que no es bueno. Yo no pienso que el Villarreal pueda empezar la temporada con la meta de clasificarse para la Champions, sin embargo para la UEFA sería más posible en la parte teórica. Los objetivos deben plantearse por rendimientos. Durante 25 partidos estuvimos en puestos de Champions. Si ahora no lográramos la clasificación, supondría una frustración", reconoce. El mejor aval de su equipo es "la regularidad y hay que pugnar por mantener nuestra posición actual sin dejar de ambicionar otras cosas".

LA REGULARIDAD El Villarreal ya fue tercero hace tres años, pero Pellegrini extrae una reflexión que va más allá de lo coyuntural y se extiende a lo estructural, respecto a la tercera plaza que ocupa ahora su equipo: "La otra vez alcanzamos la Champions por un remate final de campeonato. Este año llevamos muchas jornadas en la zona de Liga de Campeones lo que indica un crecimiento del club".

Las dos victorias ante el Barcelona adornaban la línea argumental anterior. «Hemos conseguido ganar al Barça, no como un plus adicional de motivación, sino mostrando nuestra regularidad. Muchos equipos ganan a los grandes, pero como algo extra dentro de una campaña, y luego caen y pelean por el catorceavo lugar, porque Madrid y Barcelona motivan más y dan un plus al jugador para que rinda más. En este aspecto me dejó muy contento ganar al Barça, fue una demostración de regularidad », sentencia el míster.

LÍDERES EN JUEGO LIMPIO La vía pellegrinista ha llevado al Villarreal a liderar la clasificación de juego limpio. Es solo un ránking honorífico, pero para el técnico del Submarino es mucho más. Posiblemente un indicador de que al fútbol hay que ganar jugando y no con marrullerías. «Parece secundario, pero para mí es totalmente primario. Es muy importante que el futbolista se dedique a jugar. Decían que pegábamos pocas patadas, pero yo pienso que rinde más jugando que dedicado a pegar. Para mi es mucho más noble y por ello me molestan los equipos que vienen a no jugar o a ensuciar el juego dando patadas. El Getafe, por ejemplo, siempre se dedica a jugar al fútbol», asevera. La pregunta casi llega a colación de su tesis anterior. ¿Se ha planteado que sus jugadores no tiren el balón fuera cuando un rival está en el suelo? No duda y alimenta otro principio para el manual pellegrinista: «No creo que sea fundamental para ganar. Cada caso merece un análisis. Ante el Athletic de Bilbao, cuando nos ganaban 1-0, decidimos no hacerlo porque abusaron de ese resquicio futbolístico, pero solo era una cuestión puntual y no hay que generalizar esa medida».

LA VÍA ‘PELLEGRINISTA’ / Pellegrini entra en calor. Se siente feliz hablando de fútbol. El Villarreal es algo más para él. Se le nota, porque su tono adopta una inflexión diferente cuando se le cuestiona por su influencia en el proyecto amarillo. Y casi sin querer esboza la vía pellegrinista que conduce la entrevista. «Para mí, en lo que yo me siento más realizado, es que he logrado mentalizar al equipo para que se comporte como un club grande. El Villarreal sale en todas las canchas a jugar de igual a igual, a buscar el partido, a no sentirse inferior a nadie. Y si el rival es mejor, que lo demuestre jugando más, y no porque tú vas a jugar con Real Madrid o Barcelona y no te atrevas a desarrollar tu juego. En ese aspecto hemos tenido un cambio de mentalidad importante y yo creo que un jugador lo siente», postula.

SU FILOSOFÍA FUTBOLÍSTICA Después sintetiza a grandes rasgos cómo juega el Villarreal: «Nosotros jugamos con bandas alternadas, no con una fija, sino que creando espacios ocupan la banda los delanteros, los medios y los laterales. En defensa se trabaja de una manera diferente. Pero personalmente, como técnico, me gusta que mi equipo entretenga y creo que el Villarreal divierte a la gente. Tanto en Europa como en España hemos planteado una mecánica distinta, productiva y entretenida », resalta el técnico.