Suiza firmó, en su despedida de la Eurocopa, la primera victoria de su historia en la competición continental en un partido en que se encontró con una descafeinada Portugal, formada por los habituales reservas y que ofreció su peor cara del torneo. También era la despedida de Kuhn como técnico suizo y el triunfo sirvió para homenajear al veterano entrenador, que deja el cargo tras siete años.

La intrascendencia del partido llevó al seleccionador luso, Scolari, a revolucionar el once al máximo, con ocho cambios respecto a los equipos titulares ante Turquia y Chequia. Solo Ricardo, Pepe y Paulo Ferreira repitieron.