Una obsesión persigue a los italianos desde que acabó el partido ante Francia: cómo frenar a los jugones de España: Xavi e Iniesta. Las bajas de Pirlo y Gattuso han agitado al equipo de Donadoni, que no tiene claro el remedio. "Quien gane la batalla del centro del campo estará en semifinales", insiste el seleccionador. Por su cabeza pasan dos opciones: utilizar un 4-1-4-1 o bien un 4-3-1-2, que parece lo más probable. El incansable De Rossi es fijo por delante de la defensa. Sin el toque ni la visión de juego de Pirlo, el romanista, el gran amigo de Totti, es constante y distribuye con cierto criterio. Ambrosini será la sombra de Xavi, mientras que Aquilani, Perrotta y Camoranesi pugnan por dos puestos en el once italiano.