Aragonés siempre ha comentado que la única vía para que España llegue a la cima es a través de la posesión del balón, del toque y el desgaste del rival. Esta versión ha encontrado su escenificación perfecta en la medular formada por Iniesta, Xavi y Silva. La selección comanda las estadísticas de pases realizados y comparte con Portugal, ya eliminada, el liderato de la posesión del balón, pero esa fórmula no ha acabado de dar el rendimiento óptimo. Al menos, con los protagonistas citados.

Mientras la defensa se mantiene como la línea más estable (Casillas, Ramos, Marchena, Capdevila y el pivote Senna son los jugadores que acumulan más minutos, 311), en el centro del campo se ha generado ya más de un debate. Iniesta es el jugador más cuestionado. El azulgrana está incómodo en la derecha, donde pierde protagonismo y visión de juego. El técnico lo ha sustituido en los cuatro partidos, pero parece que seguirá confiando en él. Con uno de sus pases se puede resolver un duelo. También Xavi, indiscutible para Luis, tiene sus detractores, que critican su falta de empuje a la hora de atacar.

La segunda versión, con Cazorla y Cesc como recambios naturales, ha aportado mayor frescura en los momentos difíciles, aunque parecen destinados a seguir como revulsivos. En el ensayo de ayer por la tarde Aragonés repitió la formación de Italia y no se esperan cambios. Senna espera llegar a tiempo y mantendrá a Xabi Alonso en el banquillo.