Dígale al negro que usted es mejor". Tras esa famosa frase a Reyes --en referencia al entonces compañero del sevillano en el Arsenal, Henry-- a Luis Aragonés le costó Dios y ayuda quitarse el sambenito de racista. Ni siquiera su amistad con el no menos famoso sexador de huevos japonés acabó de acallar los ecos de las acusaciones, considero que en grado extremo injustas, al seleccionador. Luis no es racista. Ni siquiera necesitaba instar a Marcos Senna a nacionalizarse para demostrarlo. Pero si la eclosión del amarillo con la selección ha servido para enterrar definitivamente ese falso mito que perseguía a Zapatones, bienvenida. El negro del Villarreal es ahora el motor de una España multirracial.