Qué difícil es jugar a fútbol en Los Pajaritos! No es una crítica al Numancia, que hace lo que puede con lo que tiene, pero resulta extraño ver a un equipo local agazapado con 10 jugadores durante casi todo el partido. El Villarreal no supo al principio cómo desarbolar la defensa numantina. Aunque Pellegrini sacó al teórico once titular --con Senna, Cazorla y Venta, suplentes en Manchester--, los amarillos chocaron una y otra vez con los rojillos. Los sorianos llegaron a adelantarse, pero el guión del encuentro cambió tras el descanso.

Pirès, Cazorla y Llorente lideraron al Submarino hacia el triunfo. En una plantilla como la del Villarreal, cualquiera es capaz de erigirse en héroe. Ayer fueron estos tres jugadores, pero el miércoles pueden ser Ibagaza y Senna, o Nihat --que volvía tras tres meses en el dique seco por lesión-- y Matías... El francés entró tras el descanso y revolucionó el partido. De sus botas salió el primer gol de Cazorla. El vasco, que también participó en el tanto del asturiano, fue el encargado de dar la vuelta al marcador.

El Villarreal no quiere sufrir la resaca europea. Esta es la razón de las rotaciones. Pellegrini está convencido en que el equipo no tiene por qué dejar una de las dos competiciones y lo demostró.

Al Submarino le costó entrar en el partido, pero cuando lo hizo borró a su rival. En el primer tiempo, Guille comprobó que sigue gafado cara a gol. Tuvo dos ocasiones claras, pero Juan Pablo le ganó la partida en las dos. Al filo del descanso llegó el palo. Gorka Brit aprovechó en fuera de juego una falta lanzada por Barkero para abrir el marcador.

Todo cambió tras el descanso. La entrada de Pirès dio otro brío a los amarillos, que en los primeros 45minutos no supieron superar la poblada defensa local. El francés se movió entre líneas y sirvió el balón en bandeja para Cazorla, que empató al partido al rematar su pase de la muerte. Llorente mostró sus credenciales. No es un superclase, no marcará 40 goles, pero va a dar mucho rendimiento al Villarreal.

Partidos como el de ayer le vienen como anillo al dedo. El vasco se vació como en él es característico, pero además obtuvo la recompensa del gol que se le estaba negando. Aprovechó una asistencia de Cazorla –de quién si no– para dar la vuelta al marcador. El Villarreal ganó así como el grande que es. El público soriano, por su parte, se marchó a su casa pensando que los suyos quizá merecieron más. Con su rácano juego vencieron al Barça, pero ayer no pudieron con un Submarino más inteligente. Los de Pellegrini saben jugar en Old Trafford y también en Los Pajaritos.