Diecinueve goles encajados en lo que llevamos de Liga. Diecisiete en los tres últimos partidos. Siete en su última visita, el pasado miércoles, al Bernabéu. El Villarreal debe mantener la compostura, pero eso no evitará que los amarillos se estén frotando las manos ante el encuentro de mañana en El Molinón, ante el que es, hoy por hoy, el auténtico chollo de este inicio de Liga.

El calendario le ha hecho un flaco favor al Sporting en su retorno, una década después, a Primera División. Tres serios candidatos al título de manera consecutiva --Sevilla, Barcelona y Real Madrid--, y el cuarto a las puertas. Los amarillos seguirán aspirando mañana a la condición de líderes conscientes de que van a tener enfrente a un rival hundido anímicamente por los severos correctivos de las dos últimas jornadas, aunque desde el grupo de Pellegrini quieren apartar del entorno la idea de que todo va a ser coser y cantar en Gijón.

"Recibir dos goleadas de ese tipo (1-6 ante el Barça y 7-1 contra el Madrid) no debe ser fácil de asimilar, pero eso no significa que nos lo van a poner fácil. Si lo pensamos, seguro que no ganamos", advertía ayer Godín tras el suave entrenamiento del Villarreal en la Ciudad Deportiva. Tanto el uruguayo como sus compañeros de zaga no se perfilan como grandes protagonistas ante el Sporting, a pesar de la presencia de Bilic, uno de los máximos anotadores de la Liga, con tres dianas. Todas las miradas estarán centradas en los hombres de ataque del Submarino, los encargados de empeorar --todavía más, si cabe-- las nefastas estadísticas defensivas de los gijoneses.

El italiano Giuseppe Rossi, que por unos u otros motivos ha visto retrasada casi dos semanas su reaparición, lanza un primer mensaje a su próximo rival. "Será un partido complicado, pero también para ellos. Somos un equipo con la misma capacidad que el Barcelona o el Real Madrid", decía el transalpino recordando los 13 goles encajados por los asturianos ante culés y merengues. El vía crucis del Sporting tiene ante el Villarreal una parada más antes de que llegue la resurrección de un histórico de 1ª.