Sumar un punto de los últimos nueve en juego es una enfermedad para la que, por fortuna hay un remedio tan conocido como efectivo: la vitamina Castalia. El conjunto de Abel Resino comenzó ayer su corta semana --el sábado hay Liga--todavía pensando en el revolcón sufrido el pasado domingo en Vallecas. La doble sesión planificada por Abel Resino empezó a espabilar a una plantilla que necesita hacer cuanto antes un punto y aparte en su trayectoria más cercana.

Por suerte para los castellonenses, la reválida llega pronto, y además en un partido muy esperado por la afición albinegra, ante el Levante, un exprimera en horas bajas. Pero lo mejor es que Castalia estará con el Castellón el sábado. Es el factor al que se aferran los futbolistas de Abel para volver a tomar el buen camino, el que llevó a los albinegros a ser colíderes de la categoría en las cuatro primeras jornadas de la temporada en curso.

El recinto de la avenida de Benicàssim ha conseguido en las dos últimas temporadas darse a conocer como el auténtico fortín de la categoría de plata. El Castellón no pierde ante su parroquia desde el pasado 24 de mayo. Desde entonces tan solo ha cedido un empate en los cinco compromisos que se han disputado en Castalia --cuatro de la Liga, los tres últimos del presente ejercicio, y uno de Copa del Rey, ante el Eibar--. Pero hay más. Ese 24 de mayo, el Albacete rompía una racha de 17 encuentros consecutivos sin que los tres puntos se escaparan del feudo albinegro. En ese periodo, el Castellón solo encajó cuatro goles en casa. Y esa es la seña de identidad que el equipo quiere mantener también en esta temporada para asegurar cuanto antes la permanencia, pero, sobre todo, para poder aspirar a pelear por el salto de categoría.

DUDAS RAZONABLES Puede --es lo más probable-- que Abel Resino realice algunos retoques ante la visita del Levante este sábado. Algunas piezas no acaban de encajar todo lo bien que hubiera deseado el entrenador toledano en estos inicios de la temporada. Las recuperaciones de Álvaro Baigorri y Rafita --ayer entrenaron al 100%-- pueden dar otro aire a las bandas defensivas del equipo, uno de los quebraderos de cabeza del entrenador, que también meditaria algunos retoques de carácter ofensivo, como la titularidad del Huracán Tabares en la punta de ataque o retrasar la posición de Mario para que el malagueño se convierta en el galvanizador del juego albinegro.

Lo que no preocupa ni al míster ni a los futbolistas es la respuesta que tendrá Castalia en el encuentro de rivalidad autonómica del sábado. La afición albinegra, como en el resto de temporadas del equipo en Segunda A, se está revelando como la más fiel de la categoría. Por lo menos, la que menos cemento deja descubierto cuando su equipo juega como local. Con la única excepción del recién ascendido Girona --cuyos seguidores completan hasta el 72% del aforo de Montilivi, de tan solo 8.000 espectadores--, la parroquia castellonense suele llenar el 57% de los asientos disponibles en el Estadio Castalia, 16.000 tras la última remodelación. Con entradas media de más de 9.000 espectadores, los aficionados del Castellón superan en fidelidad al resto de equipos llamados a hacer cosas importantes en el presente ejercicio.

MEJOR QUE LOS FAVORITOS Tan solo la Real Sociedad (51,2%), Córdoba (51,5) y Murcia (56,1) superan la barrera de la mitad de sus aforos cuando juegan como locales, un umbral del que se quedan por debajo otros serios aspirantes a Primera como el Zaragoza --el equipo con mejores entradas en casa, 16.500 espectadores, pero que solo suponen algo más del 47% de la capacidad total de La Romareda--, el Hércules --el Rico Pérez no supera el 36% en la Liga-- o el irregular Celta, que en dos años ha pasado de sobrepasar habitualmente los 20.000 espectadores en Balaídos a llegar a duras penas los 6.000 de media.