Tras la disputa del derbi ante el Barça, Daniel Sánchez Llibre vino a decir que el significado de las siglas LFP era "Liga de Fútbol Prostituida" o, lo que es lo mismo, que la victoria era una pelandusca que tenía un negocio entre las piernas y que se vendía al mejor postor, a los poderosos. También cargó el Espanyol contra los jugadores azulgrana por haber celebrado un gol en la zona de los "cerdos", a quienes el propio club blanquiazul había permitido la entrada. Escasa memoria la suya, cuando no hace mucho un valla de El Madrigal se derrumbó por la avalancha producida al ir a celebrar el gol allí un jugador perico. Entonces Sánchez Llibre echó la culpa al gremio de la albañilería por construir mal las vallas.

Pero el disgusto de don Daniel solo ha durado una semana, ya que los suyos empataron en el Bernabéu, con un penalti a su favor, y algún otro que se fue al limbo en el área blanquiazul. Ahora todo vuelve a ser legal y como Dios manda, pero a poco que Fernández Borbalán la pifie esta noche en su contra y a favor del Villarreal, seguro que para el presidente del Espanyol la victoria vuelve a ser una fulana de cascos ligeros, más "fina" que las gallinas.