Joseba Llorente recibió el espaldarazo internacional en el mejor contexto posible. Cuando él saltó al terreno de juego, el encuentro no pintaba excesivamente bien (el sorprendente 2-2), pero sus tres goles, en la segunda parte, acabaron por certificar la diferencia abismal que existe, a día de hoy, entre dos equipos como el Submarino y el Aalborg.

"Esto solo pasa una vez en la vida", señalaba un exultante Llorente, al tiempo que reconocía que firmar un hat-trick en un partido de Champions "no está al alcance de muchos jugadores".

UNA NOCHE IRREPETIBLE "Ha sido un partido muy especial para mí, sobre todo por los tres goles conseguidos", reflejó. "Es algo irrepetible", ahondó. "He tenido muchos días importantes en Valladolid, pero no de esta repercusión. ¡Quién me iba a decir a mí, hacer un año, que marcaría tres goles en la Champions!", expresaba ese orgullo henchido a los cuatro vientos. Como no, su dedicatoria iba dirigida a su mujer y a su hija de pocos meses, a la que ya le ha obsequiado con otros tres tantos en la presente Liga.

Llorente valoraba la traducción de este marcador, desde el punto de vista clasificatorio: "El pase (a octavos) casi está, pero también estaba casi ganado este partido antes de empezarlo".