Aun punto de la cabeza de la Liga, ocupada por el Valencia, y empatado con el Barcelona, el Madrid ve fantasmas por todos lados. Los más amenazantes proceden del estamento arbitral, según airearon Pedja Mijatovic y Bernd Schuster después de un nuevo triunfo en la octava jornada ante el Athletic, que se marchó del Santiago Bernabéu con la sensación de haber sido estafado.

Los responsables madridistas decidieron hace unas semanas echar mano del victimismo como una forma de prevención de males mayores. Problemas relacionados con la dura competencia que se le presenta al equipo blanco para ganar su tercera Liga consecutiva y con la contestación progresiva que Ramón Calderón encuentra a su gestión en vísperas de una asamblea de socios compromisarios cuya convocatoria está aplazando al límite.

"¿Qué van a decir cuando pierdan", se preguntaban los jugadores del Athletic al término del partido. Aunque solo fuera por la abstención arbitral en el claro penalti que Pepe hizo a Llorente en los instantes finales, tanto el director deportivo como el entrenador del Madrid tenían motivos sobrados para quedarse callados. No lo hicieron porque todo apunta a que se trata de una estrategia perfectamente planificada desde las alturas de la entidad.

El mismo Calderón apuntó en esa dirección cuando, tras la victoria frente al Atlético, se destapó para decir que se huele una conspiración para evitar que el equipo blanco gane otro título liguero. Mijatovic tomó nota y volvió sobre esa idea cuando tuvo delante las cámaras de Real Madrid TV: "Alguien no quiere que ganemos la tercera Liga consecutiva". Una actitud que solo pudo causar estupor en la expedición vasca e incredulidad en el resto de clubs.

En el Barcelona, Guardiola vino a recomendar a los portavoces madridistas algo más de mesura en sus declaraciones. "Sinceramente, creo que Barça y Madrid no se pueden quejar. Si hablamos con seriedad, los dos equipos no se pueden quejar porque a la larga siempre existen matices. Los deportistas tenemos la obligación de comportarnos. Los árbitros lo hacen lo mejor que pueden", dijo ayer el entrenador del Barça. Algo parecido declaró el director deportivo, Txiki Begiristain.

ACUSACIÓN INJUSTIFICADA Otros, como el presidente del Sevilla, se tomaron a chacota lo dicho por Mijatovic y Schuster. "Me río, simplemente", afirmó Del Nido, mientras su homólogo en el Atlético, Cerezo, recomendó a los dirigentes madridistas mirar la hemeroteca "del 2008 hacia atrás" y dejarse de acusaciones sin justificación: "Es un tema que tenemos que dejar aparte porque es muy difícil que un árbitro te perjudique a conciencia. Ni son tan buenos como ellos se piensan ni tan malos como nosotros queremos hacer ver a veces. Creo que aciertan en el 90% de los casos".

Para Orbaiz, jugador del Athletic, todo se reduce a "la típica guerra Barça-Madrid. Ayer nos pilló a nosotros por medio, pero el siguiente día le tocará a otro", afirmó. "Siempre estamos con la misma historia. Parece que esto se juega para ver qué hacen dos equipos y el resto vamos de comparsas", concluyó.