El 4 de noviembre del 2007, Rossi firmaba un golazo marca de la casa en uno de los campos con más solera de la Liga, el Vicente Calderón. El italiano había aterrizado con el pie derecho en el Villarreal. En aquel momento luchaba por ser el pichichi y, con 2-0 en contra, se fabricó una vaselina ante la que nada pudo hacer Leo Franco. Su gol iniciaba una remontada que finalmente se iba a conseguir (3-4). "Fue un partido increíble. Marqué un tanto muy bonito y dimos la vuelta a un encuentro, que estaba casi imposible", afirma el ariete amarillo.

Sin embargo, Giuseppe Rossi se fue con sabor agridulce del Vicente Calderón. Y es que al filo del descanso tuvo que abandonar el terreno de juego por una lesión que le mantendría seis semanas apartado de los terrenos de juego. "Me rompí el menisco de la rodilla derecha en el peor momento, porque estaba muy en forma. Por eso la alegría no fue completa para mí", reconoce.

ESPERA UN PARTIDAZO El italiano augura para esta noche un encuentro de alto voltaje: "Será difícil ganar porque es fuera de casa, en un campo en el que la gente aprieta mucho, pero tenemos que estar concentrados durante los 90 minutos para intentar llevarnos los tres puntos".

Para Rossi, el vestuario tiene que olvidar "cuanto antes" la Champions: "La Liga es ahora lo más importante. Hay que tener confianza en nuestras posibilidades para estar entre los cuatro primeros a final de temporada".

El habilidoso delantero amarillo puede compartir delantera con Nihat Kahveçi. La lesión de Joseba Llorente hace que el turco sea un más que posible titular ante el Atlético de Madrid. Pellegrini viaja al Calderón con cinco ausencias destacadas, pero Rossi resta importancia a este problema: "No creo que nos perjudique. Contamos con una plantilla muy amplia y en estas ocasiones es cuando se debe demostrar la calidad que tiene nuestro vestuario".

Rossi jugará hoy en un campo que tiene así dos caras para él. Ojalá cuando termine solo se quede con el buen recuerdo de haber anotado en las dos visitas que ha hecho al Vicente Calderón.