El Benicarló dio ayer un paso de gigante hacia el playoff por el título, al derrotar al Pinto, en un partido que iba camino de convertirse en el peor de la temporada y acabó siendo todo lo contrario, con un Valença inmenso que, ausente el lesionado Vadillo, fue el líder que el equipo necesitaba cuando todo parecía perdido.

El encuentro comenzó muy bien, con un gol del propio Valença en la primera ocasión, pero los locales se durmieron y los madrileños acabaron empatando casi al final de una primera parte insulsa y aburrida, al desviar Dani Salgado a las mallas un remate de Luis que iba fuera.

EL BENICARLÓ, LANZADO Tras la reanudación al Benicarló todavía le duraba la pájara con la que había finalizado la primera mitad. Y la tuvo hasta casi el ecuador de este segundo período, en el que los de Miki se pusieron de nuevo las pilas y dispusieron de varias ocasiones consecutivas, pero los de Fonseca capearon el temporal y en un minuto, en dos rápidas contras, marcaron por partida doble y situaron al Benicarló contra las cuerdas.

Pero entonces apareció Valença. Primero se inventó otro misil desde la banda derecha, muy similar al del primer gol y poco después, desde la izquierda, se escoró hacia el centro y colocó el balón en la misma escuadra de la portería visitante. Fonseca pidió tiempo muerto y puso a Retamar como portero-jugador, pero los caduferos estaban lanzados y en unos minutos finales memorables defendieron con uñas y dientes y esperaron pacientemente la ocasión, que llegó a falta de un minuto, al recuperar Isco en su propia área y enviar un globo que se coló en la desguarnecida meta visitante. Para rematar la faena, Valença todavía conseguiría un nuevo gol sobre la bocina, el cuarto de su particular cuenta.