Un partido de rivalidad regional, y un Castellón-Hércules lo es, es un derbi donde la afición, por encima de otras consideraciones, quiere ver ganar a su equipo. Así que a ponerse las pilas y a por los tres puntos.

En los últimos días, hemos leído en Mediterráneo que a Herrera le gustaría liderar aquí otro proyecto; a Omar --no se le sacado aún todo el provecho--, que su primera opción será el Castellón; a Nsue --también puede dar más de sí--, que le gustaría seguir; lo mismo Perico y Zamora...

Todo el mundo --o casi-- está a gusto aquí, en este club serio e histórico que cumple sus compromisos económicos. El único problema es que hay que ganárselo de aquí al final de temporada. Tienen que demostrar que de verdad quieren ser protagonistas en un proyecto que tenga el ascenso por meta y que, por ello, están dispuestos a dejarse la piel.

Hoy es una buena oportunidad, frente a un rival difícil, para comenzar a demostrar ese interés en seguir no con palabras, sino con hechos.