Igual, tras perder las opciones de ascenso a Primera, la motivación era lo que fallaba en este Castellón. Ayer le sobró ante un Hércules al que siempre se le tiene ganas en la capital de la Plana y al que los hombres de Paco Herrera quisieron frenar en su camino hacia la máxima categoría. Sea como sea, lo cierto es que los albinegros se reencontraron a sí mismos en el derbi autonómico. Quizás, solo faltó más llegada a las cercanías de la portería alicantina, pero en el resto de las facetas del juego el Castellón fue infinitamente superior a un rival que, por lo menos en Castalia, no demostró ninguna ambición para seguir codo a codo con los equipos que optan al ascenso, algo incomprensible por los fáciles compromisos que en esta jornada tenían sus rivales directos, como el Rayo Vallecano y el Zaragoza, ante el virtuales descendidos como el Alicante y el Eibar, respectivamente.

El encuentro de ayer era una cuestión de orgullo para el Castellón, que quiere acabar la temporada lo más alto posible. Las buenas intenciones reflejadas la pasada semana en Murcia --donde los albinegros se adelantaron 0-2 para acabar empatando-- continuaron ayer en Castalia, aunque sin goles. Fue la asignatura pendiente que imposibilitó que el equipo de Herrera rompieran de una vez por todas la racha sin ganar que, con la de ayer, ya suma ocho jornadas.

DE TODO... MENOS GOL Todo se estaba haciendo bien. La defensa mostraba una solvencia poco habitual en los últimos tiempos. Dealbert volvió a ser el futbolista centrado y concentrado que ha hecho posible que uno de los grandes del fútbol español, el Valencia, cuente con él para la próxima campaña. Mario, aunque no a pleno rendimiento, volvía a carburar, acompañado por un Víctor Salas que, junto a Pol, se está revelando como uno de los mejores del equipo en esta fase terminal de la temporada... Pero arriba no había pólvora.

Al Castellón le costó más de media hora poner en aprietos a Calatayud, y con balones que no buscaron la dirección entre los tres palos. Los locales tuvieron algo más de claridad en la segunda parte. Al menos, uno de sus remates --un cabezazo de Nsue, ya en el minuto 78-- obligó a Calatayud a sacar las manos para evitar el primer gol de la tarde. Y mientras, el Hércules a lo suyo, con una sorprendente pasividad a pesar de jugarse plaza de Primera.

Las controvertidas decisiones de Paco Herrera en la recta final tampoco ayudaron a dar más opciones de triunfo a su equipo.

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