La victoria de ayer en Getafe es oxígeno puro para el Villarreal. El soplo de aire fresco que necesitaba el equipo para salir de la dinámica negativa en la que parecía inmerso. El punto de inicio que debe servir para alcanzar ese objetivo que significa volver a jugar la Liga de Campeones la próxima campaña. De ahí el valor que tienen esos puntos, máxime cuando Sevilla y Valencia tropezaron en esta jornada.

No hace falta volver a incidir en que las bajas de Santi Cazorla y Senna son una losa muy grande para los amarillos. Hándicap al que se añade la pájara que atraviesa Rossi, aunque Pellegrini sabe administrar los tiempos y ayer encontró la fórmula para ganar en tierras madrileñas sin el concurso del italiano.

Ahora, las cosas vuelven a estar en su sitio. Solo dos puntos separan a Sevilla, Valencia y Villarreal en la tabla. Estos tres equipos se disputarán dos plazas de Champions League y, sobre el papel, el conjunto que preside Fernando Roig tiene el calendario más difícil, pero también es cierto que El Madrigal será juez y parte. Por aquí han de pasar Sevilla, Madrid y Valencia, mientras que lejos de casa esperan a los amarillos Barcelona y Mallorca.

Por eso, ahora más que nunca, es la hora de la afición grogueta. Si quieren que les sea sincero, el día del Arsenal me llevé una gran decepción porque la grada no estuvo a la altura. Eso no puede repetirse en las jornadas que restan hasta el final de la Liga. El binomio equipo-afición debe estar más engrasado que nunca. El Madrigal decide, tú decides.