El Real Madrid no cede. El equipo de Juande Ramos no perdió la ocasión de apretar aún más la cabeza de la tabla y acercarse al Barcelona a seis días del clásico. Al empate del equipo de Guardiola en Valencia, el Madrid respondió con una victoria inapelable ante un rival que desapareció de una manera incomprensible. Se adelantó en el marcador y comenzó a diluirse a la media hora para dar vida a un conjunto del que emergió Raúl. El capitán blanco firmó tres tantos, algo que no hacía desde el 2003, y aupó a su equipo (2-4) hacia un triunfo que le da vida en el tramo final y decisivo de la competición.

La racha continúa. Cinco días después de salvar los muebles de manera milagrosa ante el Getafe, el Madrid se negó a renunciar a sus opciones en la Liga. Venció en Sevilla, donde no lo hacía desde el 27 de abril del 2003, y sigue vivo a la espera de recibir al Barça.

El equipo de Juande no necesita jugar al fútbol para sacar adelante los encuentros. Puede sufrir, tal como sucedió durante gran parte de la primera mitad, pero luego resurge para soltar un zarpazo y dar la vuelta a la situación. Eso pasó con el tanto del Raúl al filo del descanso, que neutralizaba el que logró Renato a los 16 minutos de juego. A los blancos no les faltó la ayuda arbitral, porque Pérez Burrull le perdonó la amarilla a Higuaín por una dura entrada. De haberla visto, el argentino no habría jugado ante el Barça, pues habría sido la quinta. Esa la vio ante el Getafe, pero el Comité de Competición se la quitó y pudo jugar en Sevilla.

El tanto de Raúl dejó tocado al Sevilla, que agravó sus problemas del final de la primera mitad. En la segunda, apenas compareció. Se rompió en dos y desapareció. Navas y Perotti se desconectaron. El centro del campo quedó para el gran trabajo de Lass, un portento que sostuvo a su equipo. Para colmo, Jiménez relevó a Duscher y dio entrada a un errático Luis Fabiano. Demasiadas cosas para reconocer a un equipo andaluz que se diluyó sin remedio.

LETAL Todo eso lo aprovechó el Madrid para sacar petróleo. Los blancos pasaron a controlar el encuentro sin problemas. Raúl hizo el segundo tanto del Madrid al rematar con la izquierda un centro de Miguel Torres que desvió Renato (m. 63). Tres minutos después llegó el tercero del capitán. Raúl aprovechó un error de Andrés Palop, que no atrapó un disparo de Higuaín, para marcar.

El encuentro estaba sentenciado y solo alguna decisión de Juande, como sentar a Raúl y quitar a Guti, complicó las cosas. Capel aprovechó un error de Ramos para acortar distancias, pero cuando el Madrid comenzaba a sudar tinta, Marcelo cerró el partido al resolver un mano a mano con Palop y marcar con la izquierda.

Fue el epílogo a otra victoria blanca, un triunfo del que el Sevilla tuvo mucha culpa, tres puntos que marcan un récord en la historia del Madrid (8 triunfo consecutivos lejos del Bernabéu).