AVEINTE segundos fueron suficientes para que Rouwelaar se hiciera una idea de la que se le venía encima. El portero holandés evitó el 1-0, pero solo era cuestión de tiempo.

BPERTRECHADO atrás, el NAC acumuló hombres por detrás de la pelota. Al monólogo local le faltaba un punto de velocidad en la circulación y los desmarques ante el enjambre de piernas holandesas.

CSE FUE Pellegrini, pero el equipo conserva ese perfil de equipo ducho y paciente que sabe cocinar el partido a fuego lento. Y poco a poco llegaron los goles, que para los holandeses eran adversidades que caían como losas.

DESTE Villarreal tiene hambre de gol, y el rival se dejó abierta la nevera. Los visitantes se dejaron la agresividad en casa y la superior calidad amarilla hizo el resto.

EENTRE el 2-0 y el 3-0, un par de apariciones de Cairo propiciaron los únicos escarceos en ataque de los ayer blancos, pero se asomaron al balcón del área de Diego López como pidiendo disculpas.

GJUGANDO al ralentí, el balón marcaba claramente las diferencias. Para el Submarino era el modus vivendi; en cambio, para los holandeses un compromiso.

HCAZORLA abrió la herida, y el Bambino Rossi hizo la autopsia, con el rejuvenecido Ariel Ibagaza como director. El Caño se siente protagonista alejado de la banda, y el equipo lo agradece.

IAL REGRESO del vestuario podían faltar alicientes. Los hombres del NAC Breda estaban en estado depresivo y el Villarreal podía economizar esfuerzos, pero Ernesto Valverde todavía se guardaba una baza que revitalizara el partido.

JJONATHAN Pereira dio algunas lecciones de como se deben generar espacios entre los defensas del conjunto rival, y reactivó una contienda que, por lo que reflejaba el marcador, podía invitar al tedio.

KALGO ha cambiado: en el capítulo de sustituciones, el dar entrada a Jonathan, David Fuster y Kiko habla muy bien de Ernesto Valverde.