Un niño de 12 años fue el autor del lanzamiento de la bola de barro, del tamaño de una mandarina, que suspendió el partido del domingo, en el campo del San Juan, entre el Tales y el Almazora B. Fue en el minuto 89, tras golpear en el tobillo del árbitro, como así refleja el acta del encuentro, escrita por el afectado, Juan Francisco García Gómez.

La polémica en un saque de puerta visitante, en los últimos minutos del choque, fue el detonante de la agresión, pues encendió los ánimos del público, que no compartió, en ningún instante del partido, las decisiones arbitrales.

Todo ocurrió cuando el meta almazorense iba a sacar de puerta y un delantero local impidió que lo hiciera rápidamente. Fue entonces cuando aquel propinó una patada al de Tales dentro del área. El árbitro expulsó a ambos jugadores y señaló falta favorable al equipo visitante, desencadenando el incidente. Otra jugada dudosa había sido la concesión del empate en posible fuera de juego del Almazora B.

Hasta estas dos situaciones al final del choque, el partido transcurrió como cualquier otro encuentro con una cierta tensión, como faltas, protestas o pérdidas de tiempo...

Ambas entidades desean que no se vuelvan a suceder estas situaciones de conflicto dentro de un terreno de juego. Ni entre futbolistas, ni tampoco con el colectivo arbitral.