El suplicio llega a su final con el último encuentro en la peor temporada del Castellón en 30 años. El adiós a la Segunda A ocurrirá, además, en un panorama poco halagüeño, en medio de la indiferencia (solo unos pocos centenares de irreductibles acompañarán al equipo en el trance) y con un futuro próximo rodeado de incertidumbres.

Ojalá volvamos pronto. Atrás quedarán cinco años en el fútbol profesional, en la que el albinegrismo volvió a sentirse importante después de 11 largas e interminables en Segunda B, a donde vuelve a caer ahora víctima de innumerables errores. Ahí están los números, fríos, que lo atestiguan: solo siete victorias en 41 partidos para 33 puntos, con la salvación a 16.

Los orelluts más recalcitrantes encontrarán algún que otro motivo para acercarse, a las seis de esta tarde, a Castalia. No será por el Córdoba, que tampoco se juega nada. El aliciente principal será la despedida de la casi totalidad de plantilla y cuerpo técnico. Por lo demás, será otra oportunidad para ver a los canteranos y la primera titularidad, en año y medio, de Tabares.

El último once de Garitano estará condicionado porque, en todo momento, deberá haber siete futbolistas del primer equipo sobre el césped. H