Cuando se camina al filo del alambre toda la vida, algún día se produce la caída. Italia lo sabe porque no es la primera vez que fracasa en un Mundial, pero la derrota de ayer fue una de las más vergonzosas en la historia de la selección azzurra. De campeona en el 2006 a humillada cuatro años después por Eslovaquia, una debutante que alcanzó la gloria. Hasta tres goles (3-2) le marcó a la reina del cerrojo, que siguió el camino de Francia. Los dos últimos finalistas están en la calle.

El Ellis Park fue el escenario de la penitencia del campeón, que despertó demasiado tarde. La fortuna suele acompañar a la azzurra, pero ayer no tuvo suficiente con 20 minutos de casta y tesón. Lippi, el salvador que debía repetir la proeza de Alemania, se rodeó de jugadores de su confianza, como si el grupo fuera lo único importante. La debacle ante Eslovaquia la vivieron en primera persona Cannavaro, Gattuso, Zambrotta, Iaquinta y Pirlo.

POLÉMICA ARBITRAL // Aún jugándose la vida, Italia empezó al ralentí. Vittek (m. 25) despertó a los transalpinos tras un error de De Rossi. La lógica invitaba a pensar en una reacción, pero faltaban ideas. Quagliarella acarició el tanto, pero Skrtel lo evitó en la línea. Gol fantasma. El balón quizá entró, pero nadie podrá afirmarlo con seguridad.

Vittek (m. 73) repitió y la campeona parecía muerta. Pero Italia resucitó con un gol de Di Natale (m. 81) y protagonizó unos minutos heroicos. El colegiado evitó otra vez el empate por un dudoso fuera de juego del punta del Nápoles (m. 85). Kopunek lo puso más difícil para Italia, que volvió a soñar con un golazo de Quagliarella. Pepe, en el último segundo, tuvo el empate. Pero esta vez la épica dio paso a la vergüenza en un final inolvidable.