El Villarreal saldó con una goleada y pinceladas de buen fútbol el segundo amistoso en tierras irlandesas. Aún falta la agresividad, la chispa y la velocidad que quiere implantar Garrido, pero el rendimiento a 15 días del inicio de la temporada supera las expectativas y lo que se puede esperar de cualquier equipo a estas alturas de preparación. A los amarillos se les nota que todavía les pesan las piernas por el fuerte trabajo físico de la pretemporada que les resta frescura, chispa e intensidad, pero el Villarreal mantiene viva la esencia de su juego y el plus diferencial de la calidad de los futbolistas del bloque de la pasada temporada, al que hay que añadir a los Capdevila, Nilmar y Borja Valero, este aún con molestias físicas. Y no hay que olvidar la aportación extra de los JASP de Garrido. Oriol y Montero, este último con destellos de crack, se unieron a futbolistas como Ángel, Cazorla, Fuster o el mismo Cani, que han comenzado la pretemporada a un magnífico nivel.

La primera parte tuvo más sombras que luces. Los dos bellos tantos de Cani salvaron el espectáculo. El Submarino ofreció un fútbol demasiado lento y espeso. El técnico mantuvo su idea del anterior compromiso en Irlanda del sábado, ordenó una sesión de entrenamiento por la mañana y dispuso dos onces distintos ante el Bray Wanderers, colista de la Primera División irlandesa.

Muy poco que destacar en el primer acto. El Villarreal se dedicó a mantener la pelota, pero le costó imprimir esa presión al rival y ese ritmo vertiginoso que se pretende sea la marca del nuevo proyecto. No obstante es lo normal cuando solo se llevan dos semanas de pretemporada y en los últimos días se ha acumulado una gran carga de trabajo.

Del equipo inicial, plagado de canteranos, destacaron las internadas por la izquierda del comodín de Garrido, Natxo Insa, que igual puede jugar de mediapunta que de lateral por las dos bandas.

cambio de cromos // En el segundo tiempo, el Villarreal jugó con una formación con mayor presencia de gente del bloque de la pasada temporada. La dinámica fue muy parecida a la del primer periodo, aunque el toque diferencial de futbolistas como David Fuster, Bruno Soriano o Santi Cazorla hizo más grandes las notables diferencias técnicas entre irlandeses y españoles.

El MVP del partido fue para Fuster. El de Oliva volvió a ser determinante. Si en Athlone ya marcó dos goles de bella factura, más de lo mismo en Bray. El 0-3 que anotó Rossi tuvo a Fuster como ideólogo, con un pase milimétrico en profundidad que el italiano culminó tras una serie de regates en el área. Los 2.000 espectadores que acudieron al partido aplaudieron a rabiar la plástica acción del 0-4, otra vez con el genio de Oliva como protagonista al elevar en perfecta vaselina el balón por encima de la salida del portero.

Otra de las notas destacadas fue Ángel. El lateral canario mantiene la excelente línea de juego del final de la temporada pasada, que dista mucho del jugador dubitativo e inseguro de gran parte del pasado campeonato. Atento, concentrado y seguro en las labores defensivas, e inspirado y atrevido a la hora de proyectarse en ataque. Jefferson Montero exhibió a su vez esa capacidad de desborde en el uno contra uno y esa rapidez que pueden convertirle en una de las sensaciones de la próxima Liga. El Villarreal 2010/11 apunta muy bien. H