Los Garrido’s boys se doctoraron en White Hart Lane. Las dudas que existían sobre este Villarreal asentado en los talentos de la factoría de la Ciudad Deportiva, si aún persistían, no tienen razón de ser. Si alguien albergaba dudas con la decisión de apostar por la cantera o con la valía de estos jóvenes futbolistas, tendrá que ir convenciéndose de que para fichar buenos jugadores no es necesario echar mano de talonario, porque el trabajo de la base sirve para algo si se tiene fe, valentía y confianza. El Villarreal alineó ayer un once con seis futbolistas salidos de sus inferiores para medirse al Tottenham, cuarto en la prestigiosa y poderosa Premier League.

La reacción química entre los jugadores consagrados del bloque del año pasado como Diego López, Senna, Bruno, Rossi o el crack Cazorla, combinados con la matería JASP de Garrido, léase Catalá, Oriol o Musacchio, por nombrar a los que formaron ayer parte del once inicial, responde con una explosión de buen fútbol, no exento del compromiso solidario del grupo. En el White Hart Lane tardarán en olvidar los primeros 35 minutos que exhibió el Villarreal en la primera parte. Desde el portero hasta Rossi, el funcionamiento colectivo fue casi de manual. Con las líneas muy juntas, manejando el partido y el balón con una superioridad insultante, exhibiendo varias alternativas en ataque, con entradas por bandas, fútbol de paredes o envíos largos si la ocasión lo requería… en Londres solo destacaba el amarillo.

revolución en defensa // La zaga, totalmente remozada respecto al año pasado, se mostró firme y segura. Y Gonzalo Rodríguez, cuyas horas en el Villarreal parecen contadas, se quedó en el banquillo. Catalá y Musacchio construyeron un muro infranqueable. Por su juego, parecían veteranos. Bruno y Senna aguantaban la columna vertebral del Villarreal, dejando que Cazorla y Cani pusieran la fantasía. El crack asturiano refrendó que su talento le puede dar muchos puntos al Submarino esta temporada. El toque diferencial lo puso Rossi, que ayer vio puerta con facilidad, logrando tres bellos tantos.

El Villarreal no parecía que afrontaba el partido con solo 17 días de entrenamiento y le dio un repaso de miedo a un Tottenham que está a solo dos semanas de comenzar su Liga. Garrido continuó su plan a pesar del 0-2 del descanso y fue dando entrada a varios de los chavales que han subido del filial, junto a Borja Valero que debutó con el Villarreal.

El Tottenham salió enfurecido tras el descanso y acortó distancias con gol de Giovani dos Santos. El Villarreal, con un equipo lleno de juventud, empezó titubeante y superado por los ingleses, pero solo fue un espejismo.

Los JASP de Garrido solo tardaron diez minutos en asentarse. Y como la gigantesca figura de Diego López salvó los muebles cuando hizo falta, el Villarreal volvió a arrollar al Tottenham. Rossi puso las cosas en su sitio firmando su hat-trick particular. El festival del Villarreal continuó y Ruben firmó el 1-4 definitivo, pero para que la fiesta fuera completa solo faltó que el árbitro señalara dos penaltis de libro a Montero. Seguro que más de uno en White Hart Lane pensó que lo mejor hubiera sido no concederle el visado para que entrara en Inglaterra. H