Las playas de Castellón están viviendo desde hace cinco años un nuevo fenómeno: el kitesurf. Este deporte es una modalidad de navegación que se practica sobre una tabla o un esquí que es traccionado por una cometa que estira al deportista mediante cuatro cuerdas. El objetivo de los practicantes de este deporte es sencillo, competir en regatas o realizar saltos y maniobras.

El kitesurf es un deporte que apareció recientemente, a finales de los años ochenta, y que todavía está en plena fase de despegue. Esto lo sabe bien el Dubtribe Kite Team, que hace una gran labor por promover este deporte entre la sociedad castellonense. Se trata de un grupo de amigos que son amantes de este deporte, que en el año 2006 empezaron a promocionar su práctica y toda la cultura que lo rodea en las playas castellonenses.

Abdul Otman, Josema Rodríguez, Faphi Otman y Miguel Chiva fueron los pioneros. De ellos ya solo quedan dos: Abdul y Josema (Faphi y Miguel se han trasladado a Fuerteventura). Ellos siguen con su labor y ayudan a quienes no tienen posibilidad de practicarlo.

Además, también disputan competiciones. O solían hacerlo, puesto que la crisis económica también ha hecho mella en este deporte (este año se han quedado sin patrocinador) y desde hace dos años ya no han podido acudir al campeonato de España. Es una lástima, puesto que tenían un gran potencial. De hecho, en el 2008, Nuria Gomá quedó clasificada en primera posición en la Copa de España en categoría race y cuarta en la modalidad de freestyle.

OTRO PROBLEMA // Pero los kiters han encontrado, desde hace tres años, un problema cuando llega el verano. Y es que el deporte se ha prohibido en muchos lugares del territorio español, entre ellos Castellón: se considera que el deporte es peligroso para practicarlo rodeado de bañistas. No obstante, nadie hace nada por habilitar zonas de uso exclusivo para los kiters: “Está prohibido en verano, por eso nosotros nos catalogamos como deportistas furtivos”, declara, muy apesadumbrado, Josema.

Sin embargo, como explica el joven, “el deporte es peligroso si una persona que no tiene ni idea, se compra una cometa y se pone a practicarlo, porque no deja de ser un deporte de riesgo. Pero cuando se explican las bases de seguridad –en los cursos-- deja de serlo”.

Este deporte no entiende de edades: “Hemos dado cursos desde chavales de 12 años hasta a un señor de 82”, relata Josema, que seguirá luchando por un deporte que no tiene el reconocimiento que se merece. Según comenta Abdul, “será deporte olímpico muy pronto, por eso sería interesante que el Ayuntamiento pusiera zonas habilitadas para practicarlo durante todo el año”, sentencia Abdul. H