El Madrigal es un estadio que no se le da bien al Atlético de Madrid. En los siete enfrentamientos entre amarillos y rojiblancos, el Villarreal ha sacado cinco victorias y dos empates en su estadio. Con estos mimbres, el equipo que dirige Quique Sánchez Flores no tiene que afrontar con mucha confianza el encuentro de mañana. A estos precedentes, hay que sumar la dinámica de un Submarino que se ha acostumbrado a ganar y no parece dispuesto a bajarse del tren de la victoria.

Seis victorias en los últimos siete partidos hablan a las claras de un conjunto perfectamente engrasado que combina la seguridad en defensa con la creatividad ofensiva. En el campeonato doméstico, el Villarreal es segundo, con 14 tantos a favor -solo el Madrid le supera en esta estadística-, y solo seis en contra. En Europa, los de Garrido amortizan mejor sus tantos, pues con tres dianas han sumado seis puntos, arrebatando el liderato de grupo al PAOK de Salónica, último rival.

El Villarreal afronta así con la moral por las nubes la visita del Atlético de Madrid. El rival llegará con dos viejos conocidos de la parroquia amarilla como son Godín y Forlán. Además han recuperado a Agüero, que regresó de su lesión el jueves de la mejor manera posible, con gol; y también jugará bajo palos De Gea, que ha sido duda durante toda la semana. Pero el Villarreal ha demostrado que tiene armas suficientes como para frenar todo el arsenal ofensivo del club rojiblanco.

No jugará el sancionado Musacchio, pero Gonzalo ha recuperado su mejor versión y hará pareja con toda probabilidad con Marchena. En el centro del campo, Bruno está en un momento de forma impresionante, y en principio volverá a formar junto al tocado Senna. Por las bandas, Cani -que suplirá a Borja Valero, expulsado en el último encuentro- y Cazorla intentarán asociarse con la delantera de moda de la Liga que forman Nilmar y Rossi.

Son argumentos suficientes como para conseguir una séptima victoria en ocho partidos que serviría para dar un nuevo golpe de efecto y abrir brecha con los perseguidores en una clasificación que ya se está rompiendo. H