Nos debe llenar de orgullo y satisfacción, que el Villarreal no solo permitiese la presencia en Oviedo de Capdevila y Marchena para recoger el prestigioso premio Príncipe de Asturias de mano de su Alteza Real don Felipe de Borbón, sino que además estuvieran arropados por el presiente de la entidad, Fernando Roig.

Era un momento histórico para nuestro fútbol nacional, y también para el Villarreal. Se ha sabido estar a la altura de las circunstancias, ya que para ser la primera vez que la selección española consigue una Eurocopa y un Mundial, con participación directa en ambos acontecimientos de futbolistas amarillos, no se podía dejar pasar la oportunidad de disfrutar el momento.

Ahora ya solo falta que, algún día, el Villarreal o en su defecto el Ayuntamiento, sean capaces de crear un museo, y algún presente quede para recordar estos momentos. H