Desde que comenzaran a disputarse los campeonatos nacionales, muchos de nuestros ciclistas profesionales han intentado terminar vestidos de rojigualdo, pero solo uno, Eduardo Castelló Vilanova, nacido en la Vall d’Uixó (4 de marzo de 1940), lo ha logrado. Sucedió en el circuito de Montjuïc de Barcelona, en 1972.

Sin ningún género de dudas, ha sido el mejor ciclista de todos los tiempos de Castellón. Lo avalan tres participaciones en el Tour, siete en Vueltas a España... y muchos triunfos: Vuelta a Asturias, Cantabria, Levante (tres provincias), campeón europeo de Montaña, actual récord aún de la Subida al Arrate, ganador de varias etapas de la ronda nacional… ¿para qué seguir? Fue profesional 10 años (1963 a 1973) y pasó por equipos míticos como el Ferrys, Kas o Karpi, terminando su carrera en el Benfica de Portugal.

SATISFECHO // Para Eduardo ha “constituido una gran alegría y emotividad dar ocasión al público, con los campeonatos disputados aquí, de ver un espectáculo de alta categoría”. El vallero tiene un velódromo con su nombre en su pueblo natal pero, dice “que está desilusionado porque en La Vall hay mucha afición e iría gente a ver carreras”. “Hoy, la carretera es un peligro para entrenar y competir. Opino que se le debería dar más uso”, matiza. Al analizar el ciclismo actual con el de su tiempo, asegura que “es mucho más técnico: hay mejor material y buenas carreteras, el ciclista tiene más comodidades cuando acaba la carrera...”. Sobre el kilometraje y dureza de las grandes vueltas, comenta: “El organizador tendrá sus problemas”. “No obstante, nosotros bajábamos pocas veces de los 200 kilómetros y las carreteras no eran, ni por asomo, las de hoy”, recuerda.

Es contrario a los pinganillos de los profesionales. “Ahora hay demasiada labor de equipo y se lucha tan solo en los últimos kilómetros para llegar a la meta... y según cómo vaya la carrera”.

Eduardo Castelló dice mucho en el mundillo ciclista, pero si se habla de El Mosca, aún más. “Eso me viene de mi bisabuelo, al que le molestaban mucho las moscas y siempre estaba tratando de quitárselas de encima. Sus amigos le apodaron así y el mote aún sigue en la familia”, aclara.

EL DOPAJE // Al poner sobre el tapete el dopaje, el exprofesional dice que estamos ante “el deporte que lo practica la gente más modesta”. “A los poderosos no se les persigue tanto, no se les ridiculiza como a los ciclistas”, indica.

A los que quieran practicar el deporte del pedal, Castelló les asegura que “es un deporte muy sacrificado, pero bonito. Hay que tener ilusión, pero también sacrificarse porque se ha de entrenar muchas horas”. “Ahora sería de desear que el ondense del Orbea, Víctor Cabedo, fuese el segundo en enfundarse el jersey de campeón de España”, sentencia. H