Han construido el mejor coche, lo ganan todo y se lo pasan pipa en la pista, en el box, en el motorhome o en alguna de las terrazas que habilitaron cerca de la playa de la Malvarrosa con piscina y chicas en bikini. Red Bull está de fiesta y pueden seguir de juerga muchos meses. Sebastian Vettel podría irse de vacaciones todo el verano, volver para el GP de Bélgica y seguiría siendo líder del Mundial, sin sumar puntos en Inglaterra, Alemania o Hungría.

El mejor Fernando Alonso, combativo, capaz de adelantar a un Red Bull, el de Mark Webber, en la pista, capaz de superarle en ritmo de carrera con los dos tipos de neumáticos, hizo todo cuanto estuvo en su mano y más, cuajó una gran carrera que, sin embargo, acabó otra vez con victoria del joven alemán, que le arrebatará el récord de juventud como bicampeón del mundo.

“Fernando era inalcanzable y los Red Bull están en otro mundo”, dijo pesaroso Lewis Hamilton, del que se esperaba más. No hizo una buena salida y anduvo muy lejos del trío de cabeza, más pendiente de luchar por la cuarta plaza con Felipe Massa. Esa es la realidad de Ferrari: el quinto lugar del brasileño. Lo demás es cosecha de Alonso. Pero ni los mejores toreros lidian dos morlacos a un tiempo. Así que el asturiano cuajó una de sus mejores faenas con el toro rojo de Mark Webber.

UN ALONSO MAGISTRAL // Mientras Hamilton se quedaba patinando en la parrilla, Massa aprovechó la parte limpia de la recta para pasarle como un tiro, a él y a su compañero Alonso que, sin embargo, fue más valiente en la frenada de la segunda curva. Allí adelantó a Massa por fuera y comenzó la caza de los Red Bull. Se antojaba una tarea imposible. Jaleado por los 85.000 espectadores que llenaron las gradas del urbano de Valencia, Alonso comenzó a completar vueltas a ritmo de mejor crono. Vettel no podía despegarse de Webber y Alonso seguía la estela del australiano. La estrategia de los tres era clara, iban todos a tres paradas.

Pero el de Valencia es un circuito con un alto consumo de combustible, tanto que los Red Bull no pudieron utilizar demasiado su mágico mapa motor que les permite volar cuando lo necesitan. La capacidad del depósito es la que es en el RB7 y esa es una de las razones por las que Vettel no se despegaba. Webber sí utilizó ese mapa para defenderse de Alonso, pero ni así lo pudo sujetar.

El australiano fue el primero en detenerse; Alonso lo hizo una vuelta después. Con la misma estrategia, el ovetense solo podía encomendarse a un adelantamiento en pista. Se pegó al Red Bull a menos de un segundo para poder utilizar el alerón móvil. Pero no era tarea fácil porque el área de activación se antojó corta y siempre ha sido un trazado peleado con los adelantamientos.

EL ÚLTIMO ADELANTAMIENTO // Alonso cobró por fin la pieza en la vuelta 21. Amagó por fuera y le ganó el interior. Valencia se puso en pie. El segundo puesto estaba en el bolsillo del asturiano. Solo tenía que detenerse una vuelta antes en la segunda parada para cubrirse del australiano. Pero no fue así, y fue Webber el primero en detenerse. Con neumáticos blandos nuevos, voló en su vuelta de salida, mientras los doblados retrasaban a Alonso, que se detuvo un giro después y regresó a pista por detrás del australiano. “Es frustrante: les adelantas en la pista, pero luego hacen pit-stops rapidísimos”, lamentó el español.

Quedaba una sola parada para montar la goma media, un segundo y medio más lento que el blando. La estrategia era aguantar el máximo en pista, quien entrara después ganaría. “Me equivoqué y entré pronto”, lamentó Webber que, además, perdió algunas décimas al pasarse de frenada en el box. “No entendimos por qué entró pronto, pero aprovechamos unas vueltas extras con el blando y le pasamos”, dijo Alonso, feliz por su primer podio en Valencia, resignado al título que Vettel tiene en el bolsillo. “No pienso en la corona, solo en mejorar cada día”, insistió el alemán. H