El 27 de abril del 2002, el Castellón perdía 0-5 con el Novelda, en Segunda B. Se igualaba así la mayor derrota en casa de los albinegros, otro 0-5 con el Espanyol (temporada 93/94, en Segunda B). Esa derrota provocó un terremoto en Castalia, ya que Santi Palau fue despedido. Un equipo hecho en teoría para ascender, con Salillas, Dani Bouzas..., se quedaba a solo tres puntos de la promoción de descenso a Tercera. La llegada de Jorge Palomo, que ese día contempló la derrota casi al lado del ‘debutante’ Fernando Gómez Colomer (volvía a Castalia dos años después tras su etapa como futbolista, esta vez para ejercer, a la campaña siguiente, como director deportivo), fue clave para que el Castellón sellara la permanencia.