Es lo que tienen países emergentes como la India, donde la desigualdad social dibuja un escenario de contrastes. Así lo viven los desconcertados pilotos de fórmula 1 que conviven con la pobreza en las calles de Deli, mientras preparan su participación en el costoso y deslumbrante gran premio que estrena sede este fin de semana en la capital india. Antes de atender a los medios de comunicación en el circuito Buda, Fernando Alonso ha visitado uno de los hospitales de la ciudad como embajador del Unicef.

"Todos los niños tienen derecho a correr, jugar y vivir una vida sana sin enfermedades como la poliomelitis", ha dicho el piloto de Ferrari durante su visita al hospital infantil Chacha Nehru Bal Chikitslaya, donde ha hecho regalos con motivo de la festividad hindú del Diwali a niños afectados por la parálisis de la polio. "Es una enfermedad terrible, de consecuencias catastróficas para los niños y podemos y debemos erradicarla del planeta", ha declarado Fernando Alonso tras vacunar a varios niños por vía oral.

El Gobierno indio se ha gastado 250 millones de euros en la construcción del circuito Buda y piensa ya en más inversiones para albergar otro gran premio en Bombay, mientras que organizaciones como el Unicef buscan recursos para combatir enfemedades tercermundistas en la población infantil.