3DURANTE todo este calvario que está siendo el actual ejercicio, nunca había aparecido el nombre del técnico amarillo en el titular de la columna. Nunca habrán leído una sola línea incitando a su cese. Tampoco lo haré ahora, pero las nefastas decisiones que tomó ayer me dejan sin un solo argumento para defenderle.

3Y CONSTE que, sin alcanzar un gran nivel, el equipo estaba dando un buen tono en Pamplona. La nueva propuesta, con Bruno como único medio y Senna a la altura de los otros tres centrocampistas, era arriesgada, pero funcionó porque hubo buenas asociaciones en la zona ancha y se manejó la pelota con fluidez.

3TOCANDO fácil se superaba esa primera línea de presión de un rival limitado técnicamente, pero que no podía hacer valer su habitual fútbol físico. El Osasuna buscaba ataques rápidos intentando meter el balón al área desde los costados, pero los centros nunca encontraron precisión.

3NO HABÍA muchas ataduras defensivas en el centro del campo, pero con uno u otro estilo ninguno de los dos equipos conseguía llegar en situaciones ventajosas a la zona de finalización. Las respectivas defensas adelantadas dieron al traste con las pocas jugadas de peligro. Salvo sorpresas, el partido estaba abocado al detalle.

3BORJA VALERO había tenido la mejor opción en la primera parte y, en el inicio de la segunda, un zapatazo de Nekounam se estrelló en la madera. El 0-1 llegó en una jugada perfecta, iniciada en la izquierda por Borja, continuada por Senna en la frontal del área, descargando al sector derecho a Cani. Y su centro lo remachó Marco Ruben. La basculación de los locales quedó hecha añicos.

3EN ESE momento ambos técnicos decidieron influir en el encuentro. El local lo tocó todo para bien; el visitante, todo para mal. Si lo prefieren, uno envió mensajes ambiciosos con dos puntas, y el otro metió a un advenedizo y recolocó al resto de una medular que se desplomó.

3UN CENTRO normalito al área amarilla parecía intrascendente por la superioridad numérica de los defensores, pero se convirtió en superioridad posicional para Ibrahima, que no desperdició ese regalo con el que la zaga amarilla acaba tarde o temprano por obsequiar a sus rivales. Diego López lo debe estar pasando fatal.

3EL VILLARREAL había concedido la posibilidad de recuperarse a un rival que estaba a punto de caramelo. El correcto manejo, la bue- na predisposición, los buenos movimientos, todo pasó a mejor vida. O a peor, porque a Garrido le debió parecer un buen negocio un empate que a todos los demás nos olía a chamusquina.

3Y SU SIGUIENTE movimiento fue mucho peor que el anterior. Si era de una especulación exagerada meter a Gonzalo por Senna, hacerlo en un córner en contra era un suicidio. Se pierde intensidad, se pierden las marcas, se encaja un gol y se regala el partido.

3EL RESTO, lo de siempre. Recurrir al manual de supervivencia, buscar el botiquín de urgencias. Nilmar por un central; Gonzalo de ariete... y una ruleta rusa. Esta derrota duele mucho más porque estaba cerca una victoria que se dilapidó desde el banquillo. H