Con el 2011 a una semana de que deje de ser historia, toca hacer el habitual balance de todos los años y desear que el entrante sea mejor que el que nos deja. Para el Castellón, para la gran familia albinegra acuñada por el añorado Chencho, no costará mucho, después de que este 2011 haya sido, posiblemente, el peor en el largo devenir de la ya casi nonagenaria entidad, gracias a un descenso administrativo por impago y la amenaza, muy real, de que el club corrió peligro.

Así que el 2012, forzosamente, tendría que ser más positivo. Para eso, para hacer un llamamiento a esa suerte que todo el mundo invoca en estas fechas, Mediterráneo juntó a tres de los futbolistas más emblemáticos de la plantilla, a tres de los pesos pesados del vestuario. Juanjo Martínez, el Bárbaro, cuya raza siempre ha gustado a la grada, un jugador que vive una segunda juventud y una segunda etapa en el Castellón. Miguel Ángel Lozano, futbolista con más de 200 encuentros en Primera a sus espaldas y que incluso disputó la Champions con el Betis. Aarón Torlá, el capitán: nadie le tiene que explicar lo que significa estar en el Castellón, lo que ha sufrido en su doble condición de orellut y futbolista.

“que sea mejor” // Empecemos por el de casa, quien se atrevió a descorchar la primera botella de cava de su vida para el encuentro promocionado por este periódico. El hombre más destacado en el último partido frente al filial del Levante, saldado con una derrota que despidió el particular annus horribilis (consiguió dos goles), añadió: “El 2011 no ha sido un buen año para la gente del Castellón, ojalá que este sea mejor”. En lo personal, Aarón solo pide “salud, que para un deportista es tener suerte con las lesiones...”.

Juanjo recogió el testigo del capitán. “Les deseo, a todos los aficionados del Castellón, un feliz y próspero año nuevo”, comentó el jumillense. A este respecto, el extremo izquierdo refrendó que “nosotros, los jugadores, podemos contribuir a que sean un poco más felices”. Sí, cada fin de semana, ganando los encuentros con los que esbozar una sonrisa que, al menos durante unos instantes, sirva de escudo contra todo lo que está cayendo.

Cuando Miguel Ángel habla, todos escuchan. Tiene esa virtud, que se la ha ganado, sin ninguna duda, después de una trayectoria envidiable que no ha sido óbice para que se arremangue en Tercera. El brindis del sabadellense “es para que el 2012 nos traiga más alegría, con todo lo que está pasando”. Además, también habla en términos similares a los de Juanjo. “A ver si podemos contribuir nosotros con el ascenso a Segunda B”, puntualizó.

Para cerrar el círculo, para acabar con este ritual habitual de estas fechas, los tres se llevan la copa hasta la boca... pero solo beben un sorbo, que no hay que olvidar que son deportistas y que, incluso ahora, tienen que cuidarse, porque a la vuelta de las Navidades tienen el reto mayúsculo de devolver al Castellón, al menos, a la Segunda División B. H