Ni aunque pasen otros 50 años para que regrese a San Mamés habrá dejado el United de sangrar por la herida que le causó ayer el Athletic. El equipo inglés, grande entre los grandes, finalista de la última Champions y líder de la Premier, pasó encogido por La Catedral, sometido a un severísimo castigo que rozó la humillación en muchos momentos.

Volvió a ganar el conjunto vasco con una obra de arte de Llorente y un oportuno remate de De Marcos, que certificaron la autoridad con que pasó por Old Trafford. Dos triunfos que ya están inscritos con letras de oro en la historia del Athletic, en cuartos de final de una competición europea 35 años después.

El reto alcanzable del que habló Ferguson resultó ser un brindis al sol del escocés, que comprobó nada más empezar como su equipo se quedaba sin argumentos para dar la réplica a un Athletic lanzado a la yugular del United. Se sacrificó al final Llorente para aguantar tanto como su cadera le dejara y San Mamés recordará ya para siempre su golazo, que dejó tieso al campeón inglés. Diez minutos después de que Muniain tirase al palo y De Marcos perdonara a puerta vacía, Llorente cazó el balón enviado por Amorebieta casi desde su área y ejecutó una volea grandiosa que no podía tener más destino que la red.

Un tanto a la altura de la impecable eliminatoria del Athletic. Tan sorprendente para el United como la calidad y el poderío de un rival que le ha dejado anclado en el pelotón de los mediocres de la segunda competición continental. Sin tirar a puerta se fue el Manchester al descanso y regresó de él como un títere. De Marcos marcó el segundo tras un intento de remate de Toquero y a De Gea le pudieron caer unos cuantos más antes de que Rooney acortase distancias con un latigazo. H