Entre las primeras actuaciones de calado del consejo de administración, más allá de tomar posesión y hacer frente al pago de todas las nóminas pendientes a futbolistas, técnicos y demás empleados del club, figura la petición de una junta general ordinaria de accionistas, con el fin de tratar temas que el sábado, por el carácter extraordinario de la asamblea, no tuvieron cabida legal, como la aprobación de las cuentas anuales, establecer un presupuesto, rebajar de cinco a un título la posibilidad de acudir a las juntas con voz y voto...

De igual forma, el propio Jesús Jiménez se comprometió, el sábado, a reeditar los obsoletos y confusos estatutos de la entidad, así como poner en marcha una profunda y clarificadora auditoría externa.