El Barcelona logró una esforzada pero justa victoria sobre un mermado Athletic, en un simulacro light de lo que será la final de la Copa del Rey del 25 de mayo, en el Vicente Calderón.

Fue, con todo, un partido intenso de principio y bonito de ver, como pronosticó Guardiola. Los suyos hicieron un gran trabajo físico para contrarrestar la entrega de unos leones que acabaron domados y pagando el enorme esfuerzo hecho el jueves, ante el Schalke 04, en la Europa League.

Sin duda, las fuerzas flaquearon en el Athletic al final, cuando el Barça ya tenía un control total del partido. Pese a que Muniain tuvo el 2-1, los locales dominaron el juego y tuvieron las ocasiones más claras, como los remates de Keita al larguero y de Pedro que hubieran puesto el broche. Ahora ambos encaran la vuelta de sus eliminatorias europeas, aunque los culés lo tienen más difícil. Lo hacen con los deberes hechos, a seis puntos de un Real Madrid que goleó en el Reyno de Navarra (1-5), un resultado que sin duda revoloteó por el Camp Nou, que barruntaba una noche en la que los suyos podían acercarse aún más a su seterno rival pero...

Tras los esfuerzos en Europa, ambos entrenadores hicieron cuatro retoques en sus onces para no cargar en exceso las piernas de los habituales titulares. Sin duda, ello permitió que el ritmo fuera alto, con una intensidad increíble en muchos momentos y con un fútbol que respondió, por parte de unos y otros, a las expectativas creadas antes del encuentro.

GARRA BILBAÍNA // El Athletic, sin Llorente, Muniain o Amorebieta, mordió igual aunque echó en falta la garra de su rey león arriba.

Al Barça le costó romper el 0-0. Tuvo que ser Iniesta, ya cerca del descanso, el que aportó algo de tranquilidad a la grada, que no respiró hasta que, al filo de la hora, Messi transformara un penalti injusto. El Athletic buscó el 2-1, aunque ya sin gasolina. H