Sin tiempo para lamentaciones, el Villarreal ya se ha puesto manos a la obra para reestructurar su proyecto. Desde el mismo domingo, en el club están realizando los reajustes necesarios para no pasar apuros en materia económica y cumplir con todo lo firmado --como ha sido la norma desde que Fernando Roig llegó al club--, pero afrontar con garantías el retorno a Primera División.

El presidente reconoció ayer que va a reducir el presupuesto, algo que ya contemplaba incluso con la permanencia: “Íbamos a tener un presupuesto de 45 millones, que son los ingresos que hubiéramos tenido”. Tras bajar a Segunda, la entidad deberá renegociar los patrocinios que tiene firmados con marcas como Mahou, Coca-cola, Canal 9 o Sanitas.

También deberá sentarse a hablar con Xtep, pese a que este contrato está garantizado. La gira por China estaba prácticamente cerrada. Tras bajar a 2ª A corre peligro, aunque no está descartada. Es otro de los muchos asuntos que debe afrontar ahora el club.

CON LOS PIES EN EL SUELO // Lógicamente, el Villarreal será un equipo puntero en 2ª A, pero el club tendrá que afrontar numerosos ajustes, pues sus ingresos van a ser también mucho más reducidos. Por poner un ejemplo, de los poco más de 30 millones de euros que se recibían en Primera en concepto de derechos de televisión, se puede pasar a tres.

En el apartado de ayudas al descenso tampoco saldrá muy beneficiado el Submarino, pues al luchar por un pastel televisivo más equitativo, se desmarcó del G-30, en el que Barcelona y Madrid dieron 7 millones a cada equipo que descendió --más otros 5 que se sumarían en caso de que el equipo siguiera en Segunda--. Al Villarreal solo le corresponden 3,5 millones de euros en este apartado -tres por el primer equipo y medio del filial-, que los dará la LFP, pero que serán a devolver.

No solo el Villarreal tendrá que adaptarse a la nueva situación. También la provincia, que va a perder un estímulo económico en todos sus sectores. Roig afirmó que “no se ha sabido aprovechar el tirón a nivel turístico, porque los aficionados pasaban por aquí, pero no se quedaban”. H