Indignación, desasosiego, frustración... El albinegrismo vuelve a ver cómo la existencia del club de sus amores vuelve a estar seriamente amenazado, después de la espantada de Jesús Jiménez. El responsable de Forenia Capital, empresa que ejercía el control accionarial sobre el CD Castellón (con más de un 86% de los títulos), emitía ayer un comunicado, desde esta empresa en Valencia, en el que anunciaba la rescisión del contrato de la transmisión accionarial firmado el 27 de febrero con Fernando Miralles, con lo que el club vuelve a manos de este a través de su sociedad, Vifer Recycling. Sin embargo, Miralles ha dicho públicamente que no quiere saber nada de la entidad, con lo que el panorama es similar al de hace un año.

El anuncio de Jiménez volvió a provocar un movimiento sísmico. Como con la decisión de llevar al club al concurso de acreedores y como en tantas otras cosas, el abogado y empresario valenciano lo hizo de motu propio, sin comunicar su intención hasta minutos antes de la nota y, con muchos, ni siquiera eso. Aquí reproducimos íntegramente el escrito, donde no constan las causas reales de la marcha más allá de “los infructuosos intentos de normalizar la gestión del Castellón y la imposibilidad de restituir a la entidad el orden mercantil y el equilibrio financiero y patrimonial”.

GESTIÓN EXPRÉS // Jiménez, que entró en el club de la mano de Castellnou2005 y abandonó el consejo de administración en diciembre del 2008, llevaba, desde casi el mismo momento de su salida, intentando hacerse con el control de la entidad. Para ello no dudó en recurrir a maniobras poco éticas hasta que la retirada de Miralles, en enero, le dejó el terreno abonado. Después de negociar con éste, logró el mando de la SAD a finales de febrero, aunque tuvo que esperar a la junta extraordinaria de accionistas del 24 de marzo para ser investido de facto y comenzar a gobernar.

Cincuenta y cinco días después, Jiménez huye cuando el Castellón vive días decisivos, con seis nóminas pendientes de abonar a la plantilla, que ya ha denunciado la situación y que, de no recibirlas antes del 30 de junio, provocará el descenso a Preferente. En el escrito, Jiménez lanza la enésima promesa: hacerse cargo de las “obligaciones salariales devengadas durante nuestro periodo de gestión”: o sea, dos mensualidades. Eso por no hablar del concurso de acreedores que iba a ser solicitado esta semana, la asamblea del sábado que debía aprobar la ampliación de capital...

VUELTA ATRÁS // El caso es que el cacareado proyecto pregonado a los cuatro vientos por Forenia Capital tenía los pies de barros y nula capacidad económica. El resultado es que el club regresa a manos de quien ya se desprendió de él, Miralles, el mismo que vuelve a desentenderse ahora. El de Figueroles, a quien Jiménez no avisó de que le retornaba la entidad, no deja lugar a la duda.

“No quiero saber nada del Castellón, no tengo nada que ver con el club, está kaput”, afirmó. “Pensaba que hablaba con hombres y son unos chiquillos (agregó). Me martirizaron, pero el marrón es para mí, porque ellos quedan como los más guapos”, espetó. ¿Qué pasara? Nadie lo sabe... H