No hay día que pase que el Castellón no genere alguna noticia, casi siempre sorprendente y negativa. Esta vez es la suspensión de la doble junta (general y extraordinaria) de accionistas previstas para este fin de semana. Ni mañana en primera convocatoria ni el domingo en segunda. Es, pues, su (pen)última jugada.

En la tarde de ayer, el firmante como “consejero delegado en funciones” comunicaba que la decisión, basada en “la imposibilidad de formar mesa de la junta al haber presentado su renuncia todos los consejeros de la entidad”. Añade la nota que “el consejo de administración en funciones ha realizado gestiones con asociaciones de accionistas e instituciones, Ayuntamiento y Diputación, para la celebración de la junta y designar un consejo (de administración) de transición, las cuales han resultado infructuosas”.

Ahora, el proceso vuelve a empezar. Es decir, que habrá que solicitar las dos juntas, aunque sin que se sepa quién tiene la documentación crucial (cuentas anuales, memorias de gestión... que arrojen luz sobre el estado patrimonial del club), resulta difícil que vuelva a ser requerida, aunque sea por la vía judicial, que era el caso. La solicitud corrió a cargo de Forenia Capital, bloqueando de paso la petición de Sentimiento Albinegro. Sin embargo, la firma que aparece en el Boletín Oficial del Registro Mercantil es la de José María Vilar, secretario del consejo de administración recién dimitido y que no consta como tal en el Registro Mercantil, cuando debería de haber sido el secretario judicial, como sí ocurrió en la asamblea del 24 de marzo.

Realmente, después de los últimos acontecimientos, las dos asambleas tenían poca razón de ser. Hasta el punto, de que eran susceptibles de ser impugnadas a posteriori debido a defectos de forma en su celebración. Ahora bien, esta es una situación y otra muy diferente es que Jiménez, después de haber rescindido su opción preferencia sobre el paquete mayoritario de acciones, continúe manejando los hilos de la entidad desde la distancia. H