¿Cuantos jugadores de cualquier disciplina deportiva habrán rechazado el dorsal 13? Habitualmente, dicho número está reservado a los porteros suplentes, pero en la élite del balonmano nacional habita una rara avis por doble motivo: uno, por ser el único profesional provincial que hay en estos momentos en la Liga Asobal; y el otro, porque siempre lleva el 13 allá donde va.

Adrián Sifre Flores (les Alqueries, 27-07-1987) es un extremo derecho de 24 años que acumula ya siete años y ocho temporadas en la élite del balonmano nacional, no en vano, debutó de forma precoz en la Liga Asobal con solo 17 años, cuando pertenecía al juvenil del Vamasa Valencia.

Habilidoso jugador, fue máximo goleador de División de Honor B cuando militaba en el Anaitasuna de Pamplona. Sifre ha lucido con orgullo el para otros 13 maldito, y la cosa no le va mal. Eso sí, este año ha sufrido el descenso con el Alser Puerto Sagunto y tiene apalabrado su pase al Cuenca Ciudad Encantada, que fue sexto este año en Asobal.

MUY ILUSIONADO // El alqueriense recibió a Mediterráneo en su localidad natal, donde disfruta de unas merecidas vacaciones. Sifre no tiene reparos en contar cómo se cruzó en su camino el dorsal maldito. “Llegué a un equipo cuando era pequeño, nadie lo quería y lo cogí yo. Desde ese instante, no me he separado del 13”, dice.

El extremo diestro ya se ha consolidado en la Liga Asobal, e incluso cuando militó en el CAI Aragón jugó competición europea, la Copa EHF. Su twitter, @adriansifre13, no para de crecer. Y ha sido internacional en todas las categorías inferiores. Solo le falta la Roja: “Cuando has estado con la selección en todas las inferiores, no dejas de soñar con la absoluta. Soy joven y estoy motivado, ¿por qué no intentarlo?”.

A su vez, espera cuajar buenas temporadas a partir de ahora, ya que “aspiro a llegar a uno de los grandes de la Asobal”.

Sifre ha querido dejar claro que los “jugadores medios de la Asobal no cobramos como cracks”. “El balonmano sufre la crisis. Nuestra Liga está como la Segunda B en fútbol, con clubs que desaparecen o tardan en pagar. Solo los grandes siguen ahí”, explica.

El único provincial en la élite del balonmano sigue creciendo y está más motivado que nunca. A Sifre, el 13 le da buena suerte. H