La nueva Italia de Cesare Prandelli se sustenta en unos viejos cimientos. Son dos figuras incombustibles, sólidas y muy fiables. Cuando la cosa se pone fea, allí aparece la clase magistral de Pirlo para aportar su clarividencia mientras que en la portería se vislumbra la eterna figura de Buffon, un portero que a sus 34 años se mantiene entre los mejores del mundo. Pues a estas dos estrellas se aferró anoche la selección transalpina para eliminar a Inglaterra en la tanda de penaltis y pasar a las semifinales. Allí le espera la poderosa Alemania.

Buffon y Pirlo, ambos de la Juventus, se convirtieron en los protagonistas de la tanda de penaltis. El primero en aparecer fue el cerebro de la Juventus. Y lo hizo con tanta clase, sangre fría y valentía que dejó pasmado a todo el mundo. También a sus compañeros, agarrados en el centro del campo. A pesar de que Italia ya iba perdiendo en ese instante en la tanda de penaltis por el error de Montolivo (tiró fuera), Pirlo (33 años) tuvo las narices de plantarse ante Hart y batirle a lo Panenka. Es decir, golpeando con suavidad el balón para elevarlo a media altura engañando al portero del Manchester City.

Luego, con la tanda ya igualada por el error de Young (estrelló el lanzamiento en el travesaño), surgieron las enormes manoplas de Buffon para detener el potente disparo de Cole y dejar a Diamanti la opción de sellar la clasificación. Y este no falló.

Así es la Italia de Prandelli, el técnico que ha dado un aire más fresco y atrevido a una selección históricamente rácana que sigue confiando en las manos de Buffon y la sabiduría de Pirlo.