España acabará la Eurocopa contra el mismo rival con el que la empezó. Aquella Italia que consiguió empatar con la Roja el 10 de junio en Gdansk volverá a cruzarse el domingo en el camino de la campeona después de superar a Alemania en la segunda semifinal disputada en Varsovia (1-2). No se repetirá la final del 2008, el duelo entre germanos y españoles que casi todos pronosticaban antes del torneo, incluido Michel Platini, presidente de la UEFA.

Puede que ahora, con el transcurso de los días y el desarrollo del campeonato, aquellos que tanto criticaron a España en su debut hayan reflexionado un poco. Ni España estuvo tan mal ese día ni Italia es una selección del montón. Jamás lo ha sido. Con cuatro Mundiales en el palmarés y una competitividad extraordinaria, la selección azzurra siempre es temible, sobre todo con el nuevo concepto futbolístico impuesto por Cesare Prandelli, un técnico que ha apostado por el toque y por la supresión del catenaccio sin olvidar el rigor táctico.

REGENERACIÓN EXITOSA // Las dos finalistas han seguido un camino similar hasta la última etapa. Ambas han superado tandas de penaltis dramáticas, en las que empezaron con desventaja; las dos se han fortalecido con triunfos ante grandes rivales; ambas han alcanzado la final tras disfrutar de menos descanso que sus oponentes. En Kiev lidiarán la batalla decisiva. Quien levante el trofeo cerrará un torneo redondo.

Mientras España se asoma a la posibilidad de conquistar un triplete histórico, Italia pretende volver a la cima. Después de coronarse en el Mundial del 2006, inició un declive que tuvo su punto culminante en Sudáfrica. Con Prandelli llegó la regeneración, que ha quedado ratificada con una Eurocopa notable. Ahora la azzurra tendrá la posibilidad de desbancar a España de las alturas. Ese papel, precisamente, parecía destinado a la pujante Alemania, la única que había ganado todos los partidos. Pero los germanos volvieron a fallar ante su bestia negra. Siete veces se han cruzado con Italia en los Mundiales y Eurocopas, y jamás la han eliminado. Ayer el cortocircuito de los teutones fue bestial. Alemania no solo perdió sino que pudo ser goleada. Insistió sin criterio y solo pudo marcar, de penalti, en el tiempo añadido. Una decepción.

MALDICIONES Y ÉXITOS // En un contexto marcado por el escándalo de las apuestas, Italia ha sabido renacer. Ayer supo aguantar el asedio inicial de Alemania, que acarició el gol con un remate de Hummels desviado por Pirlo bajo palos (m. 6). Barzagli también estuvo a punto de marcar en propia meta (m. 17). Sufría Italia, pero la azzurra tiene talento, sobre todo en las botas de Pirlo y Cassano, que puso un centro perfecto en la cabeza de Balotelli (m. 20). El díscolo delantero no falló. Özil y Khedira, con un misil abortado por Buffon (36), rozaron el empate, pero Alemania no tenía su día. Mario Gómez no tocó el balón y Balotelli firmó el segundo con un gran disparo (m. 37).

Löw buscó la reacción con la entrada de Klose y Reus tras el descanso, pero su equipo apenas mejoró. Una falta de Reus parada por Buffon (m. 60) fue la única acción reseñable. Italia, guiada por Pirlo, pudo ampliar la ventaja en contragolpes clarísimos no culminados por Marchisio (m. 67 y 76) y Di Natale (m. 83). El penalti final marcado por Özil solo sirvió para dar una dosis de emoción.

Mientras la Roja jugará el domingo su tercera final, la generación de talentos germanos seguirá sin títulos. Eso demuestra la magnitud del éxito del cuadro de Del Bosque, que podría culminar su ciclo con una victoria histórica ante Italia. Alemania no pudo romper su maldición. Ahora le toca a España, que no gana a Italia en partido oficial desde 1920. Ya toca romper el gafe. H