El tiempo se le agota al Castellón ante la indecisión de Francisco Chinchilla, hoy por hoy el único candidato a la propiedad de las acciones de Castellnou2005, de dar el paso definitivo para liderar un nuevo proyecto que evite la desaparición de un club que roza --los cumplirá el próximo 22 de julio-- los 90 años. Según fuentes de la Federación de Fútbol de la Comunidad Valenciana (FFCV), ayer expiraba el plazo para que el club hiciera efectivo el pago del montante de las denuncias presentadas ante la AFE por los futbolistas que defendieron la camiseta albinegra en la temporada 2010/11, en Segunda División B.

A pesar de ser día festivo en la capital de la Plana, la sede federativa en Castellón permaneció abierta hasta primer hora de la tarde de ayer, esperando el pago de la deuda -que asciende a unos 167.000 euros--, condición indispensable para que el Castellón evite el segundo descenso administrativo consecutivo, esta vez a Preferente. Ahora mismo, la entidad --lo que queda de ella-- depende de que el ente federativo conceda una moratoria para hacer frente a los pagos, una situación que ya se dilató hasta el último extremo el pasado verano, sin que la resolución fuera, finalmente, positiva para los intereses del Castellón. Además de las denuncias de la AFE, el Castellón tiene pendiente otra denuncia ante la FIFA de su exfutbolista Tahirovic, amén de las cantidades que se adeudan al Estadio vía Seguridad Social y Agencia Tributaria.

Tema aparte son las deudas con la plantilla de la pasada campaña, en este caso un problema menos urgente, según la AFE, que está pendiente de que su comité jurisdiccional estudie el caso y las medidas para garantizar el cobro de las cantidades adeudadas por el Castellón a los héroes de la pasada Liga en Tercera División.

Ayer, Chinchilla, tampoco dio señales de vida. El gran agujero económico -podría ser superior a los cuatro millones de euros-- que se ha encontrado el candidato a hacerse con las acciones de García Osuna y Blasco le ha hecho dar un paso atrás, por lo menos hasta asegurarse los apoyos institucionales suficientes para paralizar la deuda con Seguridad Social y Hacienda. Lo que sucede es que la supervivencia del club ya no está exclusivamente en sus manos, sino de las medidas de gracia que pueda otorgar la federación. H