El revés de Nicolás Almagro se estrelló en la red y con él las posibilidades de una remontada histórica para España para conquistar su sexta Copa Davis. Su error fue coreado por las gradas del O2 Arena de Praga que se tiñeron de blanco, rojo y azul. Todos los jugadores checos saltaron a la pista para abrazarse a Radek Stepanek y celebrar una victoria que la República Checa no revivía desde 1980.

La imagen de los checos, felices, eufóricos, formando una piña, debió trasladar en el tiempo a Àlex Corretja, capitán español, a Albert Costa, director técnico de la FET en el palco ayer, a Joan Balcells, presente en Praga como comentarista de la radio y a Juan Carlos Ferrero, sentado en el banquillo español, la imagen vivida por ellos en un Palau Sant Jordi repleto de seguidores cuando ellos conquistaron la ensaladera por primera vez en el 2000.

Si entonces, en Barcelona, el protagonista fue un joven Ferrero, de apenas 20 años, ayer el héroe checo fue un veterano Stepanek que, a punto de cumplir los 34 años, se apuntó la victoria por 6-4, 7-6 (7-0), 2-6 y 6-3. De nada sirvió el esfuerzo de un titánico David Ferrer que había forzado el quinto partido al imponerse a Tomas Berdych, el número 1 checo, en un partido perfecto por un marcador final de 6-2, 6-3 y 7-5.

“Valentía, fe y coraje”, les pidió Corretja desde que llegaron a Praga. Pero también “cabeza y serenidad”. Ferrer lo siguió al pie de la letra, acostumbrado a luchar y no dar nunca una bola por perdida. Su partido con Berdych no era fácil. No podía fallar. Era todo o nada y él apostó fuerte de salida con una exhibición de tenis. En menos de 10 minutos le había roto el servicio a un tenso y nervioso Berdych (2-0) para adelantarse 3-0 y 4-1, sin que el número 1 checo, sexto del mundo y especialista en esta superficie, le pudiera poner la mínima resistencia, escondido bajo su gorra blanca, secándose el sudor frío que no le dejaba empuñar la raqueta. “¡Sí se puede, sí se puede!” cantaban el millar de españoles en las gradas.

gran nivel // Y tenían razón. Ferrer podía y lo demostraba en cada golpe. Su ritmo e intensidad eran brutales. “Dale Ferru que es un palomo cojo”, le gritaban desde las gradas. No hacía falta. En 2 horas y 8 minutos dominaba por 6-2, 6-3 y 4-3. En ese momento, Berdych le arrebató por primera vez su servicio. No le sirvió de nada. Dos juegos más tarde el brazo del checo temblaba por última vez para ceder por quinta vez el saque y permitir que Ferrer rematara en el primer matchball.

a por todas // Era el turno de Almagro. El tenista murciano quiso ponerle valentía, fe y coraje, pero le faltó cabeza para enfrentarse a un Stepanek, un veterano curtido en mil batallas, que estaba ante la última oportunidad de poder levantar la ensaladera como 32 años antes lo habían logrado Ivan Lendl, Tomas Smid, Jan Kodes y Pavel Slozil que, 3 horas y 52 minutos después le abrazarían para celebrar la segunda Copa Davis de la historia para la República Checa, en un año mágico en el que una semana antes el equipo femenino había levantado la Copa Federación en el mismo 02 Arena de Praga. Un doblete histórico para el país.

Y para conseguirlo Stepanek aprovechó cada bola, cada momento, ante un Almagro que, aunque se esfozó, no tuvo la frialdad que le pedía Corretja. Se jugó la victoria a palos, sin moverse, esperando tumbar así a Stepanek pero el número 2 checo le envolvió en una telaraña de la que Almagro no supo salir y de la que acabó desesperado sin conquistar esa prestigiosa Copa Davis que, sin embargo, el resto de compañeros ayer en el O2 Arena de Praga si tenían ya en sus vitrinas. H