El Madrid certificó su pase a octavos con un empate tras haber vivido en la opulencia en una primera mitad en la que dispuso de media docena de ocasiones para liquidar el partido. No lo hizo y terminó sufriendo, sobre todo cuando se quedó con 10 por la expulsión de Arbeloa. Al final, el empate, mezclado con el triunfo del Borussia ante el Ajax (1-4), da el pase a los blancos, pero les deja un serio aviso sobre lo que sucede en esta competición cuando perdonas la vida a tu rival.

Al pánico de su técnico, Mancini, el City unió un desprecio absoluto por el balance defensivo. Eso lo aprovechó el Madrid para sacar los colores al líder de la Premier con unos contraataques tan sencillos que aquello comenzó a amenazar ruina para los locales. En la tercera estampida, Modric abrió para Di María, cuyo centro lo remató Benzema con la derecha desde cerca (m. 10). A partir de ahí, el Madrid recorrió la misma carretera una y otra vez. Por dos veces seguidas, Ronaldo dejaba en el arcén a Maicon y Khedira fallaba el remate. Luego Cristiano levantó en balón ante la salida del meta Hart. El rechace de un defensa lo volvió a rematar Ronaldo sin acierto (m. 15). Fue otra ocasión clara, pero el Madrid decidió firmar el indulto del City.

Mancini deshizo su embrollo, dio sentido al centro del campo con Javi García y su equipo comenzó a crecer hasta cambiar totalmente su fisonomía en la segunda mitad. Silva daba un cursillo de fútbol, con pases casi imposibles. Y Agüero comenzaba a ver puerta de manera peligrosa. Arbeloa empujó levemente al argentino dentro del área y el colegiado señaló penalti y expulsó al madridista por dos amarillas. Agüero marcó la pena máxima (m. 73) y sumió en el pánico al Madrid, que echó mano de Albiol para aguantar hasta el final. H