España no está sola en el declive popular del fútbol. Las gradas de los estadios del calcio también empiezan a vaciarse. El ejemplo más llamativo es San Siro. Los partidos de Milan e Inter sobrepasan la mitad del aforo a duras penas. En un estadio con capacidad para 82.955 espectadores, solo 40.155 acudieron al derbi liguero. En la Champions, menos gente aún (en el caso de los rossoneri).

La crisis del país se ha trasladado a los campos. La mayoría de los equipos arrastran pérdidas y solo sobrevive el Juventus, que cuenta con una media de 38.726 espectadores (94,5% del aforo), un auténtico oasis en medio de la debacle.

Con una media global del 54,2% de asistencia en los estadios, destaca el caso del Olímpico de la capital transalpina, un auténtico desierto tanto si juega el Roma (44%) como si lo hace, sobre todo, el Lazio (24,1%), que marcha tercero en el scudetto y que apenas atrae a una media de 28.200 espectadores. H

No hay Liga en el mundo que trate con más mimo al aficionado que la alemana, modelo ejemplar en todo: instalaciones, accesos, horarios y precios de las entradas.

El precio medio de las localidades de la Bundesliga es de 23 euros. Muy barato. En febrero, en la ida de los octavos de la Champions entre el Bayer Leverkusen y el Barça, los aficionados pagaron entre 15 y 55 euros. Los precios de la vuelta, ya en el Camp Nou, fueron entre 62 y 167.

Lo mismo sucede con los abonos: el del Bayern cuesta 120 euros (217 es el más barato del Madrid). Los estadios germanos registran una asistencia media del 91,2%. Solo el Fortuna Düsseldorf juega sus partidos con menos del 80% del aforo cubierto. La federación, además, publica los horarios con mucha antelación, sin partidos a altas horas de la noche. Los clubs, además, tienen un trato personalizado con sus seguidores, con actividades para niños y las máximas comodidades. H

¿Cómo es posible que sea más barato ver un Manchester United-Liverpool que un Real Madrid-Granada? Sin llegar a los extremos de la Bundesliga, la Premier League cuenta con precios asequibles, que solo se disparan en algún encuentro del Chelsea y el Arsenal, pero siempre sin llegar a los límites de España.

La diferencia se nota, sobre todo, en los clubs de menor nivel, que cuentan con ofertas atractivas. El Wigan, por ejemplo, dispone de localidades por 15 euros y precios especiales de seis euros para familias y menores de 16 años.

También influye la planificación de los seguidores. Muchos de ellos acompañan también a sus equipos fuera de casa y, para eso, es necesario contar con unos buenos horarios. Cualquier aficionado puede entrar en la web de su club y comprobar el programa que le espera en los próximos meses, con fechas y horas exactas de todos los encuentros. Algo impensable en España, donde, con suerte, se conocen los partidos dos o tres semanas antes. H