En el fútbol, uno pasa de héroe a villano en cuestión de horas... o viceversa. A pesar de cuajar buenas actuaciones, el día que un futbolista no está al nivel que se le presupone, tanto el entorno del club en cuestión como la afición le bajan del pedestal al que le habían encumbrado poco antes. Esta circunstancia suele ser la habitual. Pero, en el caso del benicarlando Guille Vázquez se ha producido el efecto contrario.

En algo menos de dos meses, el central del Castellón ha pasado de ser relegado al banquillo y a disputar los llamados minutos de la basura -aunque solo fueron tres jornadas-, a convertirse en el líder de la retaguardia, un peso pesado en el vestuario e, incluso, ser decisivo marcando goles a balón parado, esas jugadas que se ensayan y ensayan para que casi se ejecuten con los ojos cerrados con la idea de solucionar partidos.

Fue el pasado domingo, ante el Gandia, cuando el futbolista del Baix Maestrat comandó la victoria del conjunto de Pedro Fernández Cuesta. Cuando más espeso estaba el equipo, un testarazo imparable marca de la casa significó el 1-0 (minuto 20 del primer periodo), que abría el camino de la sexta victoria consecutiva en casa, lo que situó a los de la capital de la Plana en zona de play-off.

al BANQUILLO // A raíz de un rifirrafe con el entrenador fuenlabreño, fue sustituido en el derbi ante el Burriana a poco de iniciarse la segunda mitad. “No fue fácil estar en una situación así ni asumir el banquillo. Pero aquí se trata de trabajar para mejorar. Si no te ponen, lo respetas y sigues dejándote la piel”, explica Guille.

El benicarlando respeta “enormemente” a Cuesta. “Me conoce desde hace muchos años y sabe siempre sacar el mejor rendimiento a los jugadores. Busca en todo momento conseguir lo mejor para el equipo”, argumenta.

“Los jugadores debemos estar implicados y trabajar por el equipo”, reconoce un Guille Vázquez que, después de su suplencia, habló “con el preparador físico para que me hiciera un plan de trabajo extra con el objetivo de coger la forma”. “Me esforcé, recuperé la titularidad y ahora me siento parte importante en el equipo”, remarca el zaguero. Guille, pese a tener 25 años, es uno de los veteranos del vestuario orellut. “Es curioso, pero sí que soy, siendo joven, de los más mayores. Entre todos tenemos que tirar del carro, ya que hay muchas posibilidades de finalizar la temporada en los play-off de ascenso”, sostiene ahora que el Castellón ya es cuarto.

El benicarlando ha pasado de ser relegado al banquillo, a liderar la zaga... “Nos debemos al equipo y debemos seguir así”, finaliza. H