Marcelino juega siempre con dos delanteros rápidos y con movilidad. No suele apostar por un ariete rematador que habite siempre en las inmediaciones del área. En el Villarreal, Uche y Pereira son los que más cumplen estos requisitos. Antes lo fueron el propio Uche y Sinama en Huelva, Munitis y Smolarek en Santander, o Ewerthon y Arizmendi en el Zaragoza.

El 4-4-2 es su sistema, pero más allá de la pizarra, sus equipos son ambiciosos, juegan con la defensa adelantada y les gusta tener el balón, aunque incide en finalizar las jugadas. En casa presiona más arriba y a domicilio apuesta por el contragolpe.

Es también un técnico resultadista, en el buen sentido de la palabra. Prefiere ganar por una diferencia abultada, pero prima los puntos al resultado. H