El entrenador del Villarreal tiene claro que somos lo que comemos. Por eso mismo se ocupa y preocupa de la nutrición de la plantilla y el peso de los jugadores. Como muestra, en Santander después de que en un partido varios futbolistas sufrieran calambres, se le preguntó si el régimen de alimentación no habría influido. “Si queréis traeremos pinchos de tortilla para todos”, respondió el técnico.

Marcelino estará pendiente estos días del peso que tienen sus jugadores y controlará cada miligramo a partir de ahora. En Huelva, por ejemplo, les prohibía a muchos comer helado en verano para que no engordaran y en Zaragoza más de un futbolista se iba a correr antes de los entrenamientos para rebajar la cena de la noche anterior.

La báscula será a partir de ahora una constante en el vestuario del Villarreal y se controlará la dieta de los jugadores. H