El nuevo consejo de administración del CD Castellón, encabezado por el presidente y consejero delegado, David Cruz, está muy preocupado por la situación económica --también por la deportiva, por descontado-- que atraviesa el fútbol base que lleva su nombre y que, en aspectos deportivos, recuperó el pasado 15 de octubre del 2012.

Desde la temporada 2011/12, es la Fundación CD Castellón la que rige los destinos de la cantera orellut. Pero desde la llegada de David Cruz al frente de la entidad, uno de sus primeros objetivos fue el de recuperar el control del fútbol base, una circunstancia que se ha conseguido, aunque dejando la gestión económica --por aquello de que el acuerdo se firmó con la temporada iniciada--, es decir, el capítulo de ingresos y gastos, a los responsables de la Fundación, entre los que se encontraban como patronos Mauricio Montón, Javier Ibeas --que ya ha abandonado dicho cargo-- y Manuel Martínez.

LA RECLAMACIÓN // Tras dicho pacto, rubricado ante notario y al que Mediterráneo ha tenido acceso, el club comenzó a detectar problemas en el pago a entrenadores, monitores y coordinadores, problemas de material, estado de los campos de la Ciudad Deportiva e, incluso, falta de abastecimiento de gasoil para posibilitar el agua caliente en los vestuarios, siempre según el punto de vista del club.

A ello se unió el hecho de que a cada jugador de la cantera se le cobra una cuota anual de 590 euros, por lo que comenzaron a saltar las alarmas. Evidentemente, pese a que la gestión económica corresponda a la Fundación, la misma lleva la marca CD Castellón, cuyos derechos pertenecen a la entidad que preside Cruz.

Es ese el motivo por el que el presidente ha requerido notarialmente a los gestores de la Fundación --a cuya documentación ha tenido acceso este periódico-- que le rinda cuentas al club y que cumpla con los derechos adquiridos.

Cruz tiene claro que el Castellón se debe a los padres de los componentes de la cantera, y precisa saber de forma pormenorizada en qué se ha gastado el dinero de las cuotas y el resto de lo ingresado. Ahora debe ser la Fundación la que presente el balance de cuentas y, así, cumplir con su parte del contrato. H