Llegó pronto en un lujoso automóvil, desayunó cerca de la Ciutat de la Justícia y, a las 9.15 horas, 15 minutos antes de su cita, entró, haciendo la cola, como uno más, para pasar por el escáner. Le esperaban una quincena de seguidores que, con unos papeles en las manos, reclamaban Justicia para el Castellón, al tiempo que le increpaban: “Moroso”, “da la cara ante los accionistas”, “mentiroso”…

Visiblemente nervioso -incluso tembloroso por momentos-, muy moreno, con traje pero sin corbata y luciendo unas gafas de sol que no se quitó hasta que no accedió al recinto, Blasco rompió el silencio que le ha acompañado en los últimos años (ha cambiado varias veces de número y nunca ha atendido a las llamadas, incluidas las del presidente de la federación valenciana en julio del 2011, cuando dejó caer al club a Tercera) y, antes de entrar, ya manifestaba que tenía “ganas de declarar”. No hizo ninguna valoración en profundidad, precisamente hasta haber expresado su testimonio ante la jueza, recalcó.

A la salida, el antiguo responsable de las finanzas del Castellón fue un poco más allá, aunque siguió amparándose en la declaración ante la instructora antes de pormenorizar. “Lo que quiero es declarar pero, lamentablemente, no lo podré hacer hasta el 5 de noviembre”, recalcó. “Personalmente, a mí no me cambia nada declarar después” que el resto de sus excompañeros en el núcleo duro del club, matizó. “Estoy esperando a declarar para hablar ante los medios. Se han contado muchas mentiras y manipulaciones, pero soy bastante respetuoso y seguiré el orden”, dijo, antes de señalar que ha “aguantado carros y carretas, miles de infundios”. “Quiero hablar ante los medios de comunicación, porque tengo ese derecho -señaló- para aclarar los infundios que se han dicho”.

BALONES FUERA // Negó haberse escondido para no venir a dar su testimonio antes del verano, cuando estaba contemplado: “Es que no llegó la citación a mi domicilio”. “No hay ninguna orden de búsqueda y captura, eso me lo he tenido que comer con patatas”, apostilló. También se refirió a la denuncia sobre la supuesta invalidez del proceso de compraventa, impulsada por él, cuya vista está prevista para el 15 de octubre: “Imagino que ahí también podré decir algo”, dejó caer.

“No tengo nada que ocultar”, reseñó, antes de sentenciar: “No es justo que esté imputado”. H